Mantenimiento en araña del Teatro Colón

El máximo coliseo argentino está ubicado en la manzana delimitada por las calles Cerrito y Libertad entre Tucumán y Viamonte, data del año 1889.

Fue proyectado por el arquitecto Tamburini, quien al fallecer en 1892 es sucedido por Víctor Meano, quien también fallece en 1904 y es sucedido por Julio Dormal, que termina la obra.

En la velada inaugural, el 25 de mayo de 1908, se estrenó la ópera "Aida" de Giuseppe Verdi, y por su escenario desfilaron nombres como Caruso, Gigli, Pavlova, Luciano Pavarotti, entre muchísimos otros artistas extranjeros.

Inspirado en el estilo de la Opera de París, es un claro exponente del eclecticismo academicista, ya que respeta fielmente componentes de origen italiano y francés.

Su decoración interior con mármoles italianos, vitrales franceses, las alfombras y cortinados y la sorpresa será mayor al mirar la cúpula, con pinturas de Raúl Soldi, y su araña, que pesa 1300 kilos, tiene un diámetro de siete metros, está a 27 metros del suelo, y con sus 730 lámparas ilumina todos los espectáculos, desde 1908 cuando fue inaugurado.

Para comenzar la nueva temporada con todas las luces, desde el 19 de enero se realiza su limpieza y puesta a punto, que durará una semana. Sólo se bajó la parte de la araña que posee 536 lámparas, porque el plafón central tiene un tablero reversible que permite su limpieza y recambio desde las pasarelas que están por encima de la cúpula. Son lamparitas de 25 watts satinadas que no se producen en el país, provistas por la empresa Osram directamente desde Alemania y realizadas especialmente para el Teatro Colón. Las lámparas, en general, tienen una vida útil de un año y medio, y aunque no estén quemadas, se cambian igual.

Se lavarán las tulipas de vidrio que forman parte de un plafón que contiene doce lámparas y para limpiar sus brazos de bronce primero se trata de remover el polvo con la ayuda de un ventilador, y luego se limpia cuidadosamente cada extensión con una franela.

Para bajar la araña se necesitaron diez personas, especialistas en el tema, que utilizaron cuatro malacates portátiles. Los movimientos deben estar muy sincronizados para que no se caiga nada

Esta limpieza se realiza aproximadamente cada tres años, durante los recesos, cuando termina la temporada teatral, la última vez fue en el verano de 2003.

El gran candelabro es una de las bellezas del teatro, construido en Francia en bronce brunido a fines de 1800, es considerado una magnífica obra de cincelado.

Eduardo Luna
 

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