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Martiniano Arce

El miércoles 7 de junio de 2006, en la Bodega del Café Tortoni se realizó un acto donde el Filete Porteño, fue declarado "Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires".

Como en sus mejores tiempos, cuando se fileteaban carros, colectivos y camiones, este arte del Filete Porteño ha recuperado su esplendor.

Martiniano Arce es uno de los fileteadores más destacados y quien llevó este arte al caballete. El artista vive en el barrio de San Telmo junto con su esposa, Susana, a quien amorosamente llama Pipi, y en esa casa, rodeados del colorido arte, disfrutan compartiendo la vida juntos.

Ambos nos recibieron con gran hospitalidad, para contarnos cómo es un día de su vida, y cómo se inició en este arte tan particular y representativo.

Esta entrevista, que yo imaginaba formal, terminó siendo como una charla entre amigos (así nos hicieron sentir), durante la cual descubrimos que este pintor es un ser muy espiritual, con un excelente sentido del humor y que agradece a Dios poder hacer lo que disfruta, algo que se nota cuando dice: "Yo no trabajo, pinto".

Casi no hicieron falta las preguntas, Martiniano fue contándonos todo lo que queríamos saber:

"Me levanto a la hora que me despierto, hace mucho que no uso anillo ni reloj, no sé la hora que es ni me interesa. Yo me levanto y agradezco a Dios. Aprendí a no odiar y hace muchos años que dejé de hacerlo, porque si a vos vienen y te ofenden, no importa, tenemos una vida y hay que aceptarla como viene. Tampoco leo los diarios, y hace años que no manejo".

"Si vos tenés ganas de dormir y dormís, tenés ganas de comer y comés, todo anda de maravillas y el cuerpo, como una maquinita. Hay que seguir la naturaleza."

"Si me hacen diez notas y todas hablan maravillas de mí, algo no anda bien. No podés gustarle a todos".

"La vida no es fácil para nadie, es lucha, es un equilibrio. Yo no me la creí nunca, porque los seres humanos somos todos iguales".

"Mirá, ahora con el mundial, yo no soy muy futbolero, está la disyuntiva, si miro un poquito el partido o pinto, y las dos cosas me tiran. No hay que tomar las cosas con fanatismo, porque es un error. Para mi, que ustedes se acerquen hoy aquí, me produce una gran alegría".

"A los 14 años empecé a filetear, mi primer caballete fue una pared que pintaba con tiza, ladrillo, azufre y carbón. Se borraba con la lluvia y la volvía a pintar".

"Yo he fileteado carros, colectivos, pero después se fue perdiendo, entonces alquilé un local en la calle Cangallo, donde también estaba Pérez Célis, y me dediqué al filete de caballete. Compré tela y también empleé acrílicos, óleos. A mi no me gusta repetir las cosas y en un camión, un carro, se pintaba lo mismo de ambos lados, tenía que ser simétrico".

Consultado acerca de los motivos más empleados en el filete, responde:

"Los temas Gardel, flores, pájaros, dragones y frases. Todo eso juega".

Algunas frases:

  • "Acabándoseme el vino, qué camino tomaré?"

  • "La realidad es un efecto producido por la falta de alcohol"

  • "El que bebe se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca,
    el que no peca va al cielo, si al cielo vamos, bebamos!"

  • "Si querés la leche fresca, atá la vaca a la sombra"

De dónde viene la palabra filete?

"La palabra filete viene de filo, línea, hilo".

Mientras recorríamos su casa, nuestros ojos se llenaban de colores y se sorprendían con lo que iban descubriendo: sus cuadros con naturalezas muertas donde unas manzanas despertaban nuestros deseos de morderlas, imágenes religiosas y su filete engalanando el rostro de Gardel, motivos gauchescos, botellas de gaseosas, una lata utilizada por una reconocida firma de lencería. Todo está fileteado, desde el timbre de la casa, el teléfono, su computadora personal y hasta su propio ataúd y el de su esposa.
También escribió su epitafio:
"Feliz descansaba el punto, estaba desabrigado, le pintaron la sonrisa en su 'jonca' fileteado".

"Pipi, muchas veces por la noche escuchaba un ruidito, porque la madera crujía y le daba cierto temor". "Un día le dije si quería tener su ataúd y dijo que no, entonces le respondí que bueno, entonces si te morís, te mando al crematorio y a otra cosa mariposa. Al día siguiente se decidió y me dijo: "haceme el ataúd". Lo hice y ahí estamos los dos, es una cosa linda, será un paso obligado y sabemos que algún día lo vamos a usar, no está hecho por gusto, está para usarlo".

Con todo su humor agregó: "Yo quiero estar ahí, ese día... y voy a estar, de cuerpo presente".

La idea de tener su propio ataúd surgió cuando en una oportunidad estaba recorriendo el Louvre, viendo los mausoleos egipcios, y entonces quiso tener su propio ataúd. Entonces, cuando lo consiguió, lo fileteó y hasta se puso fecha para su muerte, 14 de noviembre de 2046.

A su decir: "Todos tendríamos que tener preparado, donde caerse muerto".

No hay que temerle a la muerte, porque existe, la estoy esperando porque entraremos al gran "banquete celestial".

"Yo tengo una casita en el Tigre que se llama A islarce, donde respiro aire puro. He fumado muchos años y no podía dejar, me ponía de mal carácter, entonces una noche le pedí a Dios que me ayudara, que quería dejar de fumar y al otro día se produjo ese milagro, no tuve ganas de fumar y no lo hice más. Debemos ser agradecidos al Creador".
"Yo siempre soñé con tener una casa en San Telmo y pintar y también se me cumplió, expuse en muchas partes, Estados Unidos, Europa, México".
"Me premiaron declarándome Ciudadano Ilustre, me distinguieron con La Orden de las Luces. Dios me ha premiado. Debemos ser voluntariosos y todo se nos da por añadidura".

"No tengo vicios, no soy infiel, porque es tener que mentir y Dios no quiere cosas sucias".

"Además no debemos perder la oportunidad de jugar. A mi me gustan muchos los chicos, yo me pongo enseguida a dibujar con ellos y hago un intercambio, yo les hago un dibujo a ellos y ellos me hacen otro para mi. Yo me llevo bien con ellos y con la gente buena".

"Todos necesitamos que nos cuenten cosas y queremos contarle a alguien nuestros sueños, por eso, cuando alguien tenga un sueño, escuchalo, sea un niño o sea tu viejo, hay que prestarles atención, hacerlos felices".

"Yo para atrás no vuelvo, siempre voy hacia delante, siempre pensando en seguir haciendo cosas, yo me ocupo, no me preocupo".

Martiniano es un enamorado del arte, que dice que debería estar presente en todas partes. Por ejemplo sugirió que debería haber poemas en los subtes, para que la gente vaya leyendo, también le sugirió a un odontólogo amigo que tendría que poner música clásica para que sus pacientes escuchen y se distiendan mientras son atendidos, o poemas escritos en el techo, para que lean cuando están en posición recostados.

Muchas de sus obras, podrán ser disfrutadas por los amantes de este arte, en un bellísimo libro "El arte del Filete", de Ediciones del Dragón, que próximamente presentará y saldrá a la venta.

Conozca Buenos Aires agradece a Martiniano Arce y a su esposa "Pipi" habernos regalado parte de su tiempo, para compartir con nosotros su arte y su historia de vida.

Texto: Susana Espósito
Fotos: Luis Leoz

 

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