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Cómo catar el vino

Degustar un vino es analizarlo, describirlo, saber apreciarlo, disfrutar de sus cualidades y de las sensaciones que produce. Requiere una combinación de técnica y experiencia. El objetivo no es descubrir un determinado vino, sino comprenderlo.

Las tres etapas de la catación son:

    1- Apreciaciones Visuales
    Para observar el vino, debe llenarse la copa hasta un tercio de su capacidad, e inclinarla 45° hacia delante, colocando un fondo blanco por detrás de ella y procurando una buena luz para distinguir el matiz del color o algún tipo de alteración si la hubiera. Aquí los tres aspectos a observar son el color, la densidad y la transparencia del vino.
    2- El Aroma
    Para percibir los aromas del vino, acercando primero la copa a la nariz se hacen una o dos aspiraciones profundas. Luego, se le imprime a la copa un movimiento de rotación y se hace otra aspiración profunda. El sentido del olfato suele ser el menos desarrollado, y muchas veces se presenta embotado por otros aromas del ambiente, por lo que a veces cuesta encontrar las sensaciones efímeras y complejas que escapan de una copa de vino.
    3- El Sabor
    En la boca, el vino nos entrega sus sabores básicos (dulce, ácido, amargo o salado) y también, los llamados aromas de boca que se perciben por la vía retronasal, haciendo borbotear el vino aspirando pequeñas cantidades de aire por la boca. Mientras se contiene el vino en la boca, se deben apretar los labios e inhalar suavemente a través de ellos, de manera que se acelere la vaporización intensificando los aromas. El retro gusto se puede percibir después de tragar y es allí donde mejor se percibe la conexión entre gusto y aromas, ya que cuanto mejor sea el vino degustado, mas complejas, intensas y persistentes.durables serán las sensaciones.

¿A qué temperatura se deben servir los vinos?

La temperatura de los vinos es un detalle muy importante que siempre se deberá considerar.
Lo mejor es servir los vinos blancos entre los 8 y 10 °C. Si son dulces naturales esta temperatura podrá bajarse hasta los 6°C.

Los vinos tintos, por el contrario, se disfrutan mejor entre los 18 y 20 °C de temperatura. Si son livianos se recomienda beberlos algo frescos, esto es a 14 ó 15 °C de temperatura.

El champagne por otro lado, deberá servirse fresco, pero nunca helado. Entre los 7 y 8 °C se descubren mejor todos sus secretos.

La mejor manera de refrescar una botella de vino, es utilizando un balde o frapé, con agua y cubitos mezclados. De esta manera, rápidamente enfriaremos el vino que vamos a disfrutar.

Texto: Susana Espósito - Fotos: Susana Espósito y Luis Leoz

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