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Calidad de vida de las personas ciegas

Si pensamos en la ceguera, seguramente, para los que tenemos la posibilidad de ver, nos parezca algo terrible, esta situación que creemos limitante para las personas que viven en la oscuridad.

Sin embargo, como bien lo dicen ellos mismos, lo único que les falta es el sentido de la vista, pero pueden hacer lo mismo que cualquier otra persona, tal vez de otra manera e incluso disfrutando de cada posibilidad al máximo y aún, más que los que vemos.

Este año, por tercera vez, hemos revivido aquella primera experiencia de realizar paseos y visitas guiadas para ciegos (así quieren que se los llame) y disfrutamos muchísimo compartiendo con ellos sus ganas de vivir.

Muchas veces, es el entorno que rodea a una persona ciega, el que limita su accionar y de esa forma, también se limita su calidad de vida, que puede ser maravillosa y plena.

En esta oportunidad, hemos realizado un paseo al Tigre, en contacto con la naturaleza, navegando, disfrutando de un almuerzo juntos y la charla y camaradería debajo de la frondosa arboleda.

El segundo día, visitamos la Plaza de Mayo, la Catedral y luego viajamos en subterráneo para llegar al Jardín Botánico, que a pesar del feriado por los Carnavales, nos recibieron tan gentilmente para que Silvana, una excelente guía, les hiciera recorrer los senderos, tomaran contacto con plantas aromáticas y árboles, permitiéndoles vivir esta experiencia de aromas y texturas, a través de semillas, hojas y frutos, para que cada uno, mediante el tacto y el olfato, descubriera de qué especie se trataba. Una interacción que hizo agradable y divertida la visita de este grupo, integrado por personas que vinieron de España, Alemania, Uruguay, Guatemala y también de Buenos Aires.

Por la tarde, luego de almorzar a la sombra y sobre el pasto, como ellos deseaban, nos transportamos en colectivo para visitar el Cementerio de Recoleta, con el que quedaron maravillados y finalmente, a las 18.30, el grupo partió hacia Neuquén, donde realizarán turismo aventura.

Increíble pero real!!!

La moraleja es que a veces, no hay más ciego que quien no quiere ver.
Aún faltando el sentido de la vista, se puede ver con el corazón y las ganas de vivir.

Lo esencial es invisible a los ojos (Antoine de Saint Exupery)

Nuestro agradecimiento para:
Carlos Cosentino (Director del Jardín Botánico)
Mónica Beatriz Espinosa (Area de Educación)
Silvana (Guía especializada del Jardín Botánico)

Texto: Susana Espósito
Fecha de publicación 09/02/08

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