La Confitería del Molino
será el nuevo escenario de Estudio Abierto
Organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma, la Confitería del Molino será el nuevo escenario de Estudio Abierto.
La última fue la realizada en la tienda Harrods de la calle Florida con gran éxito.
Una mano de pintura, toques decorativos, y la presencia de los artistas con sus obras sirvieron para salvar a este tradicional departament store de la franca decadencia.
Nani Arias, de Patrimonio de la Ciudad, informó que destinarán un subsidio de 80.000 dólares para alentar a los propietarios de la Confitería del Molino en la recuperación del edificio.
La Confitería del Molino
Si consideramos a la Güemes como la obra más importante de Gianotti, mejor conocida es la Confitería del Molino.
Fue el lugar de reunión obligado de exquisitos personajes durante la belle époque. El encargo del edificio estuvo sujeto a una condición que lo convertía en un verdadero desafío. Cayetano Brenna, su propietario- un maestro confitero que hacia fines del siglo XIX había alcanzado fama en la sociedad porteña por la calidad de sus recetas europeas, especialmente el pan dulce- pidió que la construcción se desarrollara sin alterar el normal funcionamiento del antiguo local de planta baja y dos pisos, que se ubicaba en la esquina de Av. Callao y Av.Rivadavia, desde 1904.
Gianotti emprende un proyecto que incluía mejoras y ampliación del edificio existente en la esquina. La remodelación de la casa de renta lindera (planta baja y cinco pisos, Av. Callao 32) que se había comprado en 1909 y la construcción sobre el terreno de Av. Rivadavia 1815, cuyo primitivo edificio también pertenecía a Brenna desde 1911.
En otras palabras, fusionar en un conjunto la ampliación de un edificio que seguía atendiendo a los clientes, la remodelación de otro y la nueva edificación de un tercero. Un trabajo complicado que se resolvió más que respetablemente en menos de un año .
Se decidió utilizar columnas metálicas para interferir lo menos posible en la actividad de la confitería, sobre la cual desarrolló el esqueleto de hormigón armado que sustentaría el resto de las construcciones.
Además, algunos detalles fueron resueltos con piezas premoldeadas de hormigón armado, como por ejemplo escaleras y la estructura de la estilizada cúpula que corona la ochava.
La ubicación en esquina permitió desarrollar una banda de ambientes principales que dan a la calle, concentrando escaleras y locales de servicio alrededor de un aire y luz más o menos central.
La totalidad de los elementos decorativos provienen de la mano de Gianotti, algunos de ellos interpretados en Milán por su hermano. Es allí donde la estética modernista hace su aparición en vitrales, en el trabajado hall de entrada de la avenida Rivadavia y en la marquesina que protege la planta baja, en los artefactos de iluminación y la herrería, desarrollando un diseño integral manifestado en cada parte, característico de muchos cultores del arte nuevo.
La Nueva Confitería del Molino fue declarada Monumento Histórico Nacional el 24 de octubre de 1997, a través del decreto 1110/97 del Poder Ejecutivo, mientras que el Gobierno de la Ciudad lo incorporó al Catálogo de Edificios de Valor Patrimonial, Area de Protección Histórica, con un grado de protección estructural desde 1992, a través de la ordenanza 45.572. Sin embargo, sus puertas permanecen cerradas al público desde 1996.
Susana Espósito
fuente consultada: www.arquitectura.com
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