Viejas y sanas costumbresPara los que pasamos los 40, nos trae a la memoria el recuerdo de lo que en nuestros años de niñez era el lugar más preciado: la plaza. Allí transcurrieron los tiempos más felices, volando imaginariamente en una hamaca, sintiendo el vértigo de un tobogán, andando en bicicleta por sus senderos o armando en el arenero nuestro castillito de ensueño.También era el espacio contenedor de los ancianos o el de los arrumacos de aquellas parejitas que vivían su primer amor. Pero existía un personaje muy importante: el guardián de la plaza. La autoridad máxima que controlaba que nadie cortara una flor, que no se pisara el césped, que alcanzaba la pelota a los niños cuando se iba a la calle y que cuando caía el sol, nos despedía con una sonrisa. Con el correr del tiempo, estos amigos de conservar los espacios verdes para que todos puedan disfrutarlos, desaparecieron, y las plazas no volvieron a ser las de antes. Es grato saber que desde el 1º de mayo comenzó a funcionar el nuevo servicio de Mantenimiento Integral de Espacios Verdes, mediante cinco empresas adjudicatarias, que se ocuparán de cortar el césped, limpiar los paseos, incorporar bebederos, cestos de basura y todo lo que concierne a que las plazas luzcan mejor. Una de las novedades más significativas de este nuevo plan es la presencia de los veedores de plaza. Las empresas asignarán un mínimo de cuatro agentes por zona y sus tareas consistirán en la apertura de puertas de las plazas por la mañana y el cierre de las mismas por la noche. La apertura y cierre de los patios de juegos cercados, la revisión del estado de los juegos e informar sobre el daño del mobiliario urbano de los espacio verdes y de la presencia de personas sin techo en la plaza o parque en cuestión. La intención es que el veedor sea el vínculo con el vecino y el CGP. Las seis zonas en las que se divide la Ciudad son las mismas que para el servicio de recolección de residuos. La zona 5 estará a cargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con la intención de que funcione como caso testigo de la experiencia. Hace unos días vi en el canal Ciudad Abierta, una entrevista a un placero, con su elegante atuendo y el bastón de mando, un símbolo de la autoridad máxima de la plaza, que a partir de ahora tratará de que todo esté en orden. Durante la nota, apareció un niño con su papá que pidió fotografiarse con el placero, quien accedió gentilmente y tal vez sin siquiera pensarlo, dentro de unos años, ese niño verá esa foto y recordará como los de mi generación, que este personaje que cuidaba la plaza, también era un amigo de los niños. Zonas:
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