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Cartoneros ¿dueños de la ciudad?
Conozca Buenos Aires ha realizado varias notas acerca de lo sucia que se ve la ciudad. En esto tiene mucho que ver la basura sacada en horarios inadecuados, los perros, los volantes que se reparten en la vía pública y también la gran cantidad de gente que vive en la calle.
Ahora, hemos visto dos sectores más que se encuentran habitados por gente sin techo y cartoneros que vienen de la provincia a trabajar a la ciudad, y para no gastar en transporte, habitan durante la semana distintas zonas, como por ejemplo el sector de la peatonal Lavalle, entre San Martín y la avenida Leandro N. Alem.
Un grupo de cartoneros se adueñó de ese lugar y lo utilizan como si fuera su propia casa.
Hace poco tiempo, otro grupo había armado una especie de campamento junto al Patio Bullrich y se negaban a desalojarlo.
Por su parte, el gobierno porteño había prometido ordenar la actividad de los cartoneros, pero todavía no se logró y lo que es peor, cada vez hay más.
También los vecinos del entorno de la Plaza Vicente López, en Recoleta, están descontentos por la gran cantidad de gente que habita este espacio. Allí duermen, hacen sus necesidades y cada mañana, mediodía y noche forman largas colas para recibir alimentos que les dan en la Iglesia.
Si bien es lamentable la condición en que viven estas personas, también es lamentable que quienes decidieron comprar su departamento en esta zona (una de las más costosas de la ciudad) para disfrutar de una vista abierta, de la plaza, se encuentren con este triste panorama.
Las veces que hemos preguntado sobre este tema, siempre obtuvimos la misma respuesta: "vamos a buscarlos para que se instalen en los refugios que se les ofrecen, pero pasan la noche y luego vuelven".
Considero que lógicamente no se puede llevar a nadie por la fuerza, pero si se les da un lugar y no lo aceptan, habría que obligarlos a desalojar los espacios públicos que nos pertenecen a todos los que pagamos impuestos, para que se hagan visibles en obras que podamos disfrutar y mejoren la calidad de vida de quienes vivimos en la ciudad.
De nada sirven las grandes inversiones que se hacen en arreglos de plazas, con lo que se recauda de quienes cumplimos nuestras obligaciones, si después no lucen por suciedad o son destruidas por el vandalismo que nadie controla ni penaliza.
Es más fácil ser piquetero que ciudadano con todas las letras. Si un piquetero pide audiencia al señor Presidente, es recibido como un señor y si cualquier otra persona pide lo mismo, no tiene el mismo acceso ni derecho a ser recibido por igual.
En fin, es el cuento de nunca acabar !!!!!!
Susana Espósito
