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Un boquense que es de River!

El miércoles 14 de junio fuimos a visitar al señor Federico Cichero, porteño y habitante del barrio de la Boca, que tiene muchas historias de Buenos Aires que atesora en su prodigiosa memoria.

Dueño de la Cochería más antigua del barrio de la Boca, fue quien conservó durante 18 años el féretro que Quinquela Martín había pintado, para utilizarlo el día de su muerte.

Su abuelo fue uno de los tantos genoveses que habitaron este barrio y junto con su padre, nacido en Buenos Aires, fueron los dueños de la casa de Sepelios, que data de 1889.

Don Federico es quien continuó con esta empresa de tradición familiar hasta el día de hoy.

Fuimos a entrevistarlo para que nos cuente algunas historias suyas y de personajes relevantes de La Boca. Casi no hizo falta preguntarle, simplemente nos fue relatando, que conoció a Quinquela Martín cuando ambos eran jóvenes y vivían a una cuadra de distancia, que era un hombre bueno, generoso y tranquilo.
Alfredo Lazzari fue el principal maestro de Quinquela y Marcelo T. de Alvear fue quien en 1926 le dio la oportunidad de exponer en Europa.
También nos contó que le obsequió una de sus obras a Mussolini, quien quiso pagarle por el cuadro con un cheque en blanco, que el pintor lo rompió, no aceptando el pago.

Sabíamos que Quinquela pintó su propio féretro y que el mismo, había sido realizado por el padre de don Federico, por eso, al preguntarle por ese tema, nos dijo:

"Quinquela escribió una carta a mi padre en 1958 solicitando que le realizara un ataúd que él después pintaría y así se hizo.
Como las manijas se descascaraban porque no tomaba la pintura, las cambiaron por una especie de baranda de madera.
A raíz de varias inundaciones, por las cuales ingresó el agua en la cochería, el féretro quedó flotando muchas veces, debiendo ser restaurado por el pintor.
En el interior del féretro pintó la bandera, porque quería descansar directamente sobre la madera, y sobre nuestro símbolo patrio.
El pidió ser sepultado, pero su esposa prefirió colocarlo en un nicho, en Chacarita.
Después de unos años, se le hizo un mausoleo, al lado del de Sandrini y cuando lo trasladaron allí, el féretro estaba destruido por una filtración que hubo en el nicho.
Yo me llevé una manija de recuerdo y el Administrador del Cementerio, me pidió permiso para llevarse la parte de la tapa, donde Quinquela había pintado un barco.
Entonces se lo colocó en otro féretro y se lo ubicó en su mausoleo, hace aproximadamente 20 años.
En la ceremonia, hubo familiares, amigos y varios sacerdotes.

Como teníamos entendido que en cierta oportunidad se hizo una réplica de ese ataúd para presentar en una muestra, se lo preguntamos y Cichero lo ratificó, diciendo además que se había expuesto en el Palais de Glace, y que actualmente lo conserva el señor Zaldivar.

Cichero también conoció a Juan de Dios Filiberto, que junto con el pintor, eran asiduos concurrentes a la Cochería, donde se reunían a conversar.
Nos cuenta que Filiberto era una persona de mucho carácter y un poco cascarrabias. "Si no había absoluto silencio, paraba la orquesta y decía que hasta que no hubiera silencio absoluto, no seguirían tocando".
Cuando falleció el compositor de la música del tango "Caminito", fue llevado, primero en una autobomba, hasta la calle que lleva el nombre de ese tango, luego se lo cargó en el coche fúnebre y se trasladó a Chacarita, donde fue sepultado. Años más tarde, su hija lo trasladó a una bóveda familiar en el Cementerio de Avellaneda.

Con respecto a la Fundación de la República de La Boca, recordó que fue fundada en agosto de 1923. Un vecino de la Boca, Víctor Molina, junto con su padre y el señor Juan Banchero, dueño de una emblemática pizzería, quisieron adelantarse al barrio de San Telmo, que también querían fundar su República y ellos se anticparon y la fundaron antes.

Le preguntamos qué era lo que más disfrutaba de chico, en el barrio y nos respondió: "mi pasión por River Plate". El agrega que "River nació aquí, que primero se llamaron 'Los Rosales' y luego se llamó River Plate".
Increíblemente, Cichero vive en La Boca, pero es de River, y además es el socio de más edad de esa Institución (tiene 98 años). El año pasado (2005) le hicieron un homenaje, en el que estuvo presente el presidente Aguilar y varios jugadores, entre ellos Amadeo Carrizo.

Le pedimos la receta para llegar a esa edad y nos dijo que "el Cinzano con fernet".

Sobre el fútbol, agregó que Toto Cafarena era un hincha de Boca que acompañó al club a una gira por Europa, se pagó todos sus gastos y fue el único que sin pertenecer al plantel, viajó y se hizo una camiseta con el número 12, anécdota que dio origen a la metáfora del jugador Nº12, que simboliza a toda la hinchada, que por alentar al equipo, es como si tuvieran un jugador más.

Cuando le preguntamos a Cichero, acerca de los cambios que hubo en la Boca desde su infancia, nos respondió que "no cambió nada, solo se levantó la calle desde Almirante Brown, hasta Patricios y se le hizo un declive".

Otro de sus recuerdos fue los carnavales en este barrio y agregó que eran los mejores.

Consultado sobre el tango, dice que fue un buen milonguero.
En 1927, Cichero era muy amigo del dueño del Cine Olavaria, y a su pedido, este señor, trajo a Gardel para que cantara y comentó como anécdota que el Zorzal Criollo, para ir al escenario tenía que pasar por un túnel. Luego de su actuación, cuando Gardel se retiraba del escenario, al salir por el túnel, que era muy bajo, se golpeó la frente y Cichero que estaba sentado en primera fila, corrió a auxiliarlo con un pañuelo y agua.
Gardel tenía puesto un pañuelo a lunares que Cichero se lo quedó como souvenir y lo conserva como recuerdo de ese día.

En la sala donde tienen expuestos los diferentes ataúdes, se conserva uno muy especial, que había sido diseñado para Eva Duarte, en plata vieja y que finalmente no fue el utilizado.
El féretro es muy elaborado, tiene un trabajo de repujado maravilloso y también cuenta con un cristal que hubiese permitido apreciar el rostro de Evita.

También vimos otros ataúdes, el zeppelín, el presidencial, otros de estilo art nouveau y en contraste el que se utiliza para PAMI y nos hace reflexionar sobre las dos caras de la moneda.

Finalizamos la entrevista agradeciendo la gentileza de habernos recibido y compartir con nosotros su historia de vida.

Susana Espósito
 

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