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Aquí, allá y en todas partes
Así decía una canción que interpretaban The Beatles a fines de los años sesenta, aquí en Buenos Aires es lo mismo La Boca, El Once o el microcentro, a metros de la casa de gobierno, en ningún lugar se está seguro.En mi modesta opinión Buenos Aires ya no es una ciudad segura, y si alguien opina lo contrario me gustaría saber qué parámetros usan para determinar qué es seguro y qué no.
En la mismísima avenida 9 de Julio roban a los automovilistas, en las estaciones más céntricas del subterráneo roban y hasta violan a las mujeres.
El sábado 27 de enero a las 18 horas, a plena luz del día, con mi colega Susana Espósito transitábamos por la calle Brandsen al 900 del barrio de La Boca, regresando a nuestras casas luego de una jornada donde habíamos ganado honradamente algún dinero, fruto de nuestro trabajo y fuimos sorprendidos por un sujeto que deliberadamente aceleró su motocicleta y se dirigía directamente hacia nosotros. Pensando que nos atropellaría, tomé a Susana de un brazo para alejarla de la trayectoria del alocado conductor, quien ante nuestro asombro realizó una maniobra con increíble habilidad y le arrebató a mi colega la cartera y una bolsa con nuestros elementos de trabajo.
Realmente hay que pasar por un momento así para saber la indignación, la bronca, la impotencia que se siente. Estamos a merced de los delincuentes, estamos indefensos, desprotegidos, hasta ignorados. Por supuesto, fui a la comisaría, pero como era de esperar, nadie me solucionó nada.
A pesar del sabor amargo que aún conservo de aquella experiencia, hoy (06/02/07) me consideré dichoso y agradecí a Dios haberla "sacado barato", suena a consuelo de tontos ¿no?, pero eran las 12.50 pleno mediodía en el microcentro, Rivadavia entre San Martín y Florida, salía de la Casa de la Cultura por la puerta posterior, porque la principal estaba cerrada por una de las habituales protestas sobre Avenida de Mayo, y veo un hombre tirado en el piso, con el rostro todo ensangrentado y una moto huyendo a toda velocidad, según dos señoras que acababan de ver todo, horrorizadas me contaron que la moto ingresó por Rivadavia de contramano con dos personas a bordo y un tercero golpeaba a un transeúnte al cual le arrebataron un portafolios y huyeron los tres en la moto.
La verdad, no lo puedo creer, a escasos 50 metros de la Jefatura de Gobierno, con una multitud en la calle y no había un policía que pudiera intervenir?... no es llamativo que una moto ingrese de contramano por Rivadavia?
Lo curioso es que al rato aparecieron aproximadamente diez policías que se acercaron a ver que pasaba, cuando en realidad lo que hacía falta era un médico para atender al señor que fue atacado salvajemente y luego retirado del lugar en una ambulancia.
Yo pregunto... en lugar de llegar tantos policías después, no hubiese sido preferible poner uno en la esquina?... seguramente no ocurriría un hecho de esa naturaleza o al menos hubiera intentado proteger al ciudadano. A metros de allí había un batallón custodiando a un grupito de manifestantes.
Por mas que pienso, hay cosas a las que no le encuentro explicación y la verdad que prefiero no pensar demasiado, porque me amargo terriblemente, parece que es una cruel realidad a la cual deberemos resignarnos. Pero señor vecino tenga mucho cuidado... no se le ocurra lastimar a un ladrón defendiendo su propiedad, lo puede pasar muy mal, lo tildarán de justiciero, de violar los derechos humanos y no sé cuantas pavadas más.
Recordando al gran Discépolo, cada día más vigente, "Todo es igual, nada es mejor" o si lo prefiere, "vivimos en un mismo lodo, todos manoseaos".
Texto y foto: Luis Leoz
Fecha de publicación 08/02/07
