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Los chicos de la calle

Según dijo el presidente del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, Jorge San Martino, el objetivo es implementar políticas sociales que solucionen esta situación.

El operativo fue realizado por 200 operadores, que recorrieron las calles de la ciudad, recogiendo la información necesaria para poder elaborar un plan de políticas públicas.

Muchos de los chicos censados viven solos y otros con adultos. A todos se les preguntó su edad, sexo, actividad que realizan en la vía pública, asistencia escolar, tiempo que llevan en situación de calle y lugar de residencia de la familia.

No todos quisieron responder a las preguntas y otros se encontraban durmiendo, por lo que solo se tomó nota y se hacía una observación sobre el perfil de esos niños.

La mayoría vive cerca de las estaciones de ferrocarriles y muchos otros cerca de las zonas más visitadas por el turismo, donde aprovechan a vender flores, pañuelos de papel o simplemente piden dinero.

Ojalá que los datos no sean solo estadísticas que se archivan, sino que sirvan como un llamado de atención a las autoridades, a la sociedad, ya que seguramente ha crecido el número desde el último censo realizado y esos chicos, merecen condiciones de vida dignas, lo que implica salud, educación, techo, comida. Merecen recibir afecto y contención y en muchos casos solo reciben malos tratos y son explotados. (Ver nota)

Los niños son la esperanza de un futuro mejor y esos niños, en esas condiciones, no tienen futuro. La desigualdad social los hace sufridos y en la mayoría de los casos, resentidos con una sociedad que parece indolente ante su sufrimiento, pero lamentablemente, son muchos y es el gobierno quien debe brindar soluciones y ayuda, ya que con lo que recaudan de lo mucho que pagamos de impuestos, estaríamos contribuyendo a mejorar la calidad de vida de aquellos que tienen menos y en algunos casos, nada.

Hay países donde se pagan impuestos altísimos, pero donde también ese impuesto vuelve a la gente, porque sus gobiernos les brindan educación, salud, se ocupan de que no haya gente que viva en la calle, se le ofrece al ciudadano una vejez digna y la atención pertinente para que así sea.

Por qué no imitar esos modelos que funcionan en otros países y deberían también funcionar aquí. Los argentinos somos naturalmente solidarios, pero lamentablemente, también hay muchos que son mezquinos y es hora de tomar conciencia, porque los que todavía vivimos, no quisiéramos morir sin ver un país mejor, una ciudad mejor. No nos conforma ilusionarnos, pensando en que tal vez lleguen a verlo nuestros hijos o nietos, nosotros también hemos trabajado mucho para poder verlo y disfrutarlo.

Texto: Susana Espósito - Foto: Luis Leoz
Fecha de publicación 21/12/07