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Te acordás hermano... Qué tiempos aquellos!!!
Las barrancas de Belgrano, constituyen uno de los lugares más destacados del barrio. Su diseño, al igual que otros espacios importantes de la ciudad, es obra del famoso paisajista Carlos Thays.El domingo 18 de febrero fuimos a recorrer el lugar que rinde homenaje al creador de nuestra bandera y observamos gran cantidad de gente que paseaba por allí, otros tomaban sol, algunos compartían un mate y también esperaban el inicio de un espectáculo de jazz, que ofrece el Gobierno de la Ciudad, entre tantos otros que integran la programación de actividades.
Esta bellísima plaza en otros tiempos, ha sufrido cambios que la muestran deslucida y sucia. Balaustres rotos de las barandas que dan hacia la barranca, justo, en el mirador donde se encuentra un busto del Gral. San Martín, obra del escultor Luis Perlotti. También pueden verse y olerse excrementos de perros, botellas vacías, papeles, placas desaparecidas de los monumentos y senderos rotos que hacen difícil el desplazamiento (sobre todo de ancianos o madres con cochecitos de bebés).
También se ve en estado deplorable la oficina municipal dependiente de la dirección de Parques y Paseos.
El monumento que se erigió al General Manuel Belgrano no cuenta con ninguna placa y parece mirar desolado, desde el frío bronce el deterioro de la plaza que lleva su nombre y que seguramente, le parecería un campo después de una batalla.
Cerca del área de juegos de los niños, hay una "Estatua de la Libertad" realizada por el escultor francés Fréderic Bartholdi siguiendo el modelo, en escala reducida, de la que está emplazada en la entrada al puerto de la ciudad de Nueva York.
Fue emplazada sobre un pedestal de piedra, en su mano derecha ostenta una antorcha que simboliza "la luz de la libertad en el mundo" y en su mano izquierda se apoya el texto de la Declaración de la Independencia. A sus pies descansa una cadena rota que simboliza la ruptura de los lazos de la tiranía.
Esta réplica fue adquirida por la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a Francia junto a otras esculturas.
En 1986 tuvo que ser restaurada debido a un atentado que la había dañado.
Actualmente, sigue allí y parece estar recordando el derecho básico de cada individuo, su libertad.
Ante eso, yo pienso: las plazas son un excelente espacio público para que todos disfrutemos, pero debemos tener en cuenta la obligación de cuidar esos espacios y no creer que tenemos la libertad y el derecho para destruirlos o ensuciarlos.
No estarán haciendo falta guardianes, como se había prometido, para que nos recuerden cómo debemos cuidar las plazas?
Texto y fotos: Susana Espósito
Fecha de publicación 24/02/07
