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Homenaje a Quinquela Martín,
"el pintor de La Boca"

El pintor que mejor reflejó los colores de la Boca y las actividades del antiguo puerto de Buenos Aires convivió en ese barrio con esos colores que lo acompañaron en la vida y en la muerte, motivo por el cual y como él decidió, pintó su propio féretro y en su tapa plasmó un barquito.

A decir del señor Cichero, dueño de la cochería donde se guardó el féretro durante 18 años, Quinquela no quiso que en su interior le colocaran blondas ni otro tipo de ornamentos, prefirió descansar sobre la madera y su espalda apoyada en la bandera argentina que pintó.

La Boca tiene el duende de Quinquela Martín porque él mismo es el mayor ícono del barrio.

Durante el acto que se realizará en el cementerio, se depositará una corona de laureles y estarán presentes el señor Antonio Las Heras, presidente del movimiento Escritores de la Argentina, artistas plásticos, intelectuales, amigos y gente de la cultura.

También adhieren al homenaje la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Fundación El Libro, Fusión Crear (programa televisivo dedicado al arte y artesanía), Academia de San Isidro para las Ciencias y las Artes, Instituto Humanístico de Buenos Aires, Centro Cultural Arturo Jauretche, Agrupación Atalaya, Agrupación Ohesterheld, Dr. Raúl Crespo Montes, Martín García, Dr. Víctor Rodríguez Rossi, Patricia Uriburu, Profesor Carlos Caporali y Nina Thurler.

Conozca Buenos Aires lo recuerda con esta poesía:

Pequeños cuadros y grises pinceladas
expresaban su pena, criatura abandonada,
las tristes lágrimas que empañaban su mirada,
eran como Nieblas del Riachuelo que pintaba.

Tal vez las mismas nieblas de aquel tango,
que escribiera Cadícamo y Rivero entonara,
aquel pibe en su mente, acomodó la letra,
recordando a su madre, la que lo abandonara:

Niebla del Riachuelo,
amarrado al recuerdo
Te sigo esperando....

Vivió con los colores de su barrio querido
y crecieron sus cuadros, les dio gran colorido
pintaba todo aquello que en el puerto observaba,
y le dio vida al río con cada pincelada.

Al llegar la vejez, la experiencia y la calma
en sus cuadros azules quedaron plasmadas,
y pintó su ataúd que paciente esperaba,
el día de su muerte, descanso para su alma.

Féretro de colores y un barquito en la tapa,
la bandera argentina, para apoyar su espalda
y tal vez tuvo un sueño, que Borges le inspirara
Cuando en prosa decía:

¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.

Así decidió irse, navegando su río,
ataúd de colores, su pequeño navío,
Llevando en sus retinas todo ese colorido
De su barrio, La Boca, su terruño querido.

Susana Espósito
Fecha de publicación 27/01/07