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El derecho de los animales según las épocas

Actualmente existen organismos que se preocupan y ocupan de los derechos de los animales, para que reciban el trato que corresponde y no sean explotados en los circos, expuestos en los zoológicos o maltratados y abandonados por sus dueños.

Hace algunos años, se reitera un petitorio para cerrar el Zoo porteño y crear en el lugar un Jardín Ecológico. Quienes luchan por lograr este objetivo dicen que el 80% de los animales que se encuentran encerrados en el Zoológico de Buenos Aires padecen una enfermedad llamada "zoocosis" o locura del cautiverio.

Todo se agravó a partir de 2012 cuando murió el oso polar "Winner", debido a las altas temperaturas de la Nochebuena que influyeron en ese desenlace, ya que es una especie que debe habitar lugares fríos. A eso se agregó el pedido por la orangutana "Sandra", para que dejen de exponerla y sea llevada a su hábitat natural y luego se agregaron algunos otros casos de muertes de animales que inducen a las asociaciones, que luchan por ellos, a seguir reclamando.

Los tiempos han cambiado y así como se vendían esclavos, en las plazas de Buenos Aires, hasta que en la Asamblea del año 1813 se declaró la libertad de vientres, también muchos desconocen que en nuestra ciudad hubo plazas de toros. La primera en Montserrat y la segunda en el espacio que ocupa la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro.

Todavía se siguen practicando las corridas de toros en varios países, pero afortunadamente, en Buenos Aires, se prohibieron a partir del 4 de enero de 1822, finalizando así este acto de salvajismo que otrora era un espectáculo que atraía gran cantidad de público.

Vale la pena reflexionar y darnos cuenta que si entre los seres humanos nos llevamos mal por pensar diferente, por distintas ideologías políticas y otros temas, cuánto puede importar el mal trato a los animales? Cómo puede disfrutarse un pseudo espectáculo en el que el animal está en inferioridad de condiciones y es maltratado para que haga piruetas en un circo o provocado en la lidia, en las plazas de toros, para luego terminar matándolos y encima, esa crueldad de cortarles las orejas.

El lunes de esta semana pasé por el Hipódromo Argentino, del barrio de Palermo, eran las tres de la tarde, con más de 35 grados se estaban disputando carreras donde los caballos eran expuestos a semejante esfuerzo con tan altas temperaturas, de eso no se habla, pero a mi juicio también es una manera de maltratar a los animales.

Ojalá algún día, nos demos cuenta que tratando a los demás como nos gusta ser tratados, la vida sería mucho mejor y deberíamos ponerlo en práctica porque vale la pena.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Sábado 02/01/16 - (Cantidad de caracteres: 2640)