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RELOJES DE BUENOS AIRES


Las antiguas civilizaciones, para controlar el tiempo, se guiaban por el día y la noche, o los ciclos de la luna.

El primer reloj creado por el hombre fue el solar que indicaba los momentos del día por la sombra del sol., estimándose que los Chinos lo usaron aproximadamente 3000 años antes de Cristo, también fue empleado por los Egipcios e Incas, pero estos relojes, tenían como contra, que resultaban nulos al amanecer, el crepúsculo, los días nublados y por la noche.

Las Clepsidras se usaron en Babilonia, Egipto, Grecia y Roma. Se guiaban por medio de agua que pasaba de un recipiente graduado a otro. Siendo este sistema el antecesor al reloj de arena.

El Reloj de Arena se destacó en el siglo III. Consistía en dos recipientes esféricos de vidrio unidos con un estrecho canal que unía ambas partes llegando a poder controlar todo un día.

Según los libros de Alfonso X "El Sabio", en el año 1267/77 se logró controlar el tiempo con un movimiento rotario continuo y regular mecánicamente. Con éste mecanismo nació el reloj mecánico.

El primer motor de reloj fue el de pesas creado por Pacifico en el siglo VIII. En la década del año 1300 fue posible ver estos relojes en iglesias de Europa.

El reloj mas antiguo se conserva en la Catedral de Salisbury y similares en Reven y Wells.

En Suiza, entre las cadenas montañosas del Jura y los Alpes, allá por 1535 una importante cantidad de refugiados se dirigen a Ginebra escapando de persecuciones religiosas, hallando en estos parajes la tranquilidad deseada, base indiscutible para el desarrollo técnico artesanal de quienes forjaron la máquina de controlar el tiempo.

Otros refugiados se dirigen a Alemania, internándose en la Selva Negra, sus bosques de abetos y hayas de intenso color, a veces sombrío, han sugerido el nombre de la selva, en dicho bosque es común un pájaro de plumaje gris ceniza, que lo hace poco visible en las sombras del bosque y emite en primavera (con mas intensidad en época de celo) el conocido canto Cu-Cu, dicho pájaro dio origen para que la imaginación del hombre realizara el famoso reloj Cu-Cu que traslada el alegre cantar del bosque a nuestros hogares.

En el siglo XV se inventó el motor de Muelle y la Conoide según bocetos de Leonardo Da Vinci, permitiendo la construcción de los primeros relojes portátiles, conservándose algunos Alemanes de 1540 y Franceses de 1551.

En 1641 Galileo concibió el principio de las oscilaciones de un péndulo desarrollando el proyecto, pero la construcción del primer reloj mecánico de péndulo fue llevado a cabo por Huygens en 1657, asombrando las oscilaciones rítmicas pendulares y la dulce solemnidad del campanario.

El Siglo XX ha tecnificado notablemente la industria, la producción seriada desplazó la mano de obra, la robótica suplanta al ser humano, el cuarzo y sistemas numéricos reemplaza la electromecánica y la fibra óptica está a la orden del día, ofreciendo una elevada tecnología, exacta, fría e indiferente que no tiene el empeño de Da Vinci ni la calidez del reloj de Huygens, la solemnidad armónica de un carillón o la alegría del cu-cu. Desapareciendo paulatinamente la hermosa esencia romántica de la artesanía.

El primer reloj que hubo en la Ciudad de Buenos Aires fue el del Cabildo.

Susana Espósito



Reloj de arena - Clepsidra - De péndulo - Cabildo - Legislatura - Torre Monumental

Palacio de Correos - Banco Central (ambos frentes)

Edificio Transradio - Banco Francés - Patio Bullrich - Rivadavia 602

Basílica Santísimo Sacramento - Paseo Chabuca Granda - Instituto Biológico Argentino
Basílica de Ntra. Sra. del Pilar - Ntra. Sra del Rosario de Pompeya
Fotos: Susana Espósito y Luis Leoz

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