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Día Internacional de las personas de edad

El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 45/106, designó el 1º de octubre "Día Internacional de las Personas de Edad", con el objetivo de concientizar sobre la discriminación contra las personas mayores y alentar a los gobiernos a que introduzcan en sus programas nacionales los principios a favor de los adultos mayores.

La discriminación por envejecimiento y, en ocasiones, el abandono y maltrato de las personas mayores es una actitud frecuente y perjudicial que se basa en el supuesto de que es una norma social y, por tanto, aceptable. Esta marginación es una realidad en la mayor parte de las sociedades, de una forma u otra, y se materializa en las actitudes de los individuos, las prácticas institucionales y normativas, y la representación mediática. Todas ellas devalúan y excluyen a las personas mayores.

Sin embargo, algunas culturas, como las orientales, hacen culto a la vejez, siendo China el país donde más se respeta a las personas mayores. Los ancianos de los países orientales tienen una posición dentro de la sociedad muy diferente a la de las culturas occidentales. Las personas mayores se convierten en el pilar de la sociedad, una figura respetada y admirada por todos los miembros. En Japón la tercera edad está muy involucrada con las labores sociales, es muy normal ver a ancianos controlando el tráfico o velando por la seguridad de los ciudadanos, sin recibir ninguna remuneración económica. Son figuras respetadas y por lo tanto inspiran autoridad.

En los tiempos que corren, nadie quiere envejecer, existe un incontrolable deseo de ser siempre jóvenes y se recurre a todos los artilugios con el fin de lograrlo, pero, no existen las fórmulas mágicas ni el secreto de la eterna juventud. Las cirugías no logran detener el paso del tiempo.

Los jóvenes creen que nunca envejecerán y por eso, viven en un mundo propio en el que los ancianos no tienen cabida. Una vez que sus padres los criaron, forman sus propias familias y luego recurren a sus padres para confiarles el cuidado de sus propios hijos y cuando éstos crecen y los abuelos tienen edad avanzada, es poca la valoración y el reconocimiento. En Argentina es común que se recurra a los geriátricos para sacarse de encima la responsabilidad de cuidar a sus padres y retribuirles el amor recibido.

En el plano social, también ocurre que después de determinada edad, hay pocas oportunidades laborales, los ancianos y no tanto, parecen estar relegados a la resignación porque todo o casi todo está pensado para los jóvenes que algún día, también llegarán a viejos.

Debemos reflexionar y tener mayor conciencia, dar amor a nuestros "viejos" y procurar que la última etapa de la vida sea plena, feliz y rodeados del amor que merecen, porque como decía Confucio: “Si uno no demuestra respeto hacia los ancianos, ¿en qué se diferencia de los animales?”.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Lunes 02/10/17 - (Cantidad de caracteres: 2916)