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El Observatorio Galileo Galilei
y sus Aulas Científicas

En nuestro viaje por Salta, persiguiendo las huellas de Güemes, Lola Mora, la arquitectura colonial, la rica cultura salteña, su gastronomía y la hospitalidad de su gente, hemos descubierto un lugar al que ingresamos por curiosidad y resultó ser una experiencia maravillosa: El Observatorio Galileo Galilei.

Caminando por el Paseo Güemes, vimos una torre que nos llamó la atención y también la fachada del Colegio Nacional de Salta "Manuel Antonio De Castro", que aunque era sábado, estaba abierto porque allí se desarrollan diversas actividades, por ejemplo, estaba ensayando el coro de esa Institución. Nos acercamos a preguntar a una joven, Marcela Pinto (estudiante de Bibliotecología) qué podía contarnos y si podíamos tomar algunas fotografías, cuando precisamente ingresaban los profesores Liliana Marini, Coordinadora pedagógica del Observatorio y Christian Giménez, Director Científico, que muy amablemente nos recibieron y nos brindaron información sobre el Observatorio Galileo Galilei que allí funciona.

El Colegio fue fundado el 9 de diciembre de 1864, durante la presidencia de Bartolomé Mitre y el Observatorio cumplirá en diciembre próximo 12 años. Allí se realizan tareas de divulgación científica, expediciones. El mismo está dividido en tres sectores:

Sala de Control: El profesor Giménez nos dice que es como la cocina de nuestra casa, donde se trabaja en la parte práctica de la ciencia, se gestan las ideas, hay computadoras individuales y equipos para que los alumnos puedan trabajar. Allí cada alumno manifiesta su idea, es escuchado y se pone en práctica para ver si esa idea es viable o no, porque a prueba y error se aprende. Entre otras cosas, trabajan en el proyecto de cohetes, que consiste en el armado de los dispositivos y luego la experiencia en campo, donde son lanzados. Trabajan en grupos, que tienen nombres de constelaciones y cada grupo tiene un proyecto de investigación por llevar a cabo en la montaña. También realizan trabajos de astro fotografía.

Precúpula: Tiene cuatro ventanales que apuntan a los puntos cardinales. Aquí se organiza la parte administrativa, la experiencia en el campo.

Cúpula: Allí se aprecia el techo, un domo con sistema de rodamiento que permite girar la cúpula. Allí se encuentra el telescopio de última generación que fue donado por la Municipalidad de Salta El profesor nos enseñó cómo se mueve, para compensar movimientos y poder hacer observaciones.

Durante el recorrido, no solo conocimos el interior de esa cúpula que habíamos visto desde la calle sino que los profesores nos dedicaron parte de su valioso tiempo, brindándonos casi una clase magistral en la que puede verse el entusiasmo con el que hacen su trabajo y además del conocimiento y prácticas que allí se adquieren, también nos hace pensar en que un observatorio es mucho más que un espacio que permite apreciar la luna, los planetas, las estrellas, nos hace sentir que somos parte del universo y descubrir cómo funciona. Por ejemplo cómo la luna influye en los seres humanos. En cuanto a eso, comentó el profesor que alguna vez un alumno le preguntó para qué servía mirar la luna y él le hizo notar que el satélite natural de la tierra, influye en sus compañeras mujeres, en su ciclo menstrual, cada 28 días o cuatro lunas, en el embarazo, que habitualmente se desarrolla durante nueve lunas. Este y otros tantos ejemplos son respuestas a algunas preguntas e inquietudes que les surgen a los chicos y cuando los profesores, como Liliana y Christian, tienen esa pasión por lo que hacen, lo transmiten dando la mejor respuesta.

El programa Aulas Científicas bajo el eslogan “Aprender a pensar. Pensar para aprender” es una interesante propuesta que abre sus puertas e invita a "transformar las palabras muertas en experiencias vivas", así lo manifiesta la profesora Marini y el profesor Giménez agrega: “En la escuela, todo lo que aprende el chico es teórico y lo que hace el programa es llevar a la práctica ese conocimiento”.

Los docentes señalaron además que, para darle un mayor protagonismo al Observatorio Galileo Galilei, crearon la fundación Wanca Punco, que en idioma aymara significa “estrella puerta”.

“Nuestro trabajo es ad honoren y lo hacemos porque somos personas muy comprometidas con la ciencia”, concluyeron Christian Giménez y Liliana Marini.

Felicitaciones y gracias por dedicarnos su tiempo, permitiéndonos conocer el lugar y descubrir la importante actividad que allí se desarrolla.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 13/06/19 - (Cantidad de caracteres: 4496)