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El bronce, un preciado objeto de deseo

En los últimos años, el robo de bronces se convirtió en otro de los delitos comunes en nuestra ciudad. Partes de monumentos, placas de cementerios, herrajes de puertas de edificios y tantos otros elementos del dorado metal se han convertido en un preciado objeto de deseo, que después de ser robados se convierten en dinero.

El precio internacional del bronce impulsa a los delincuentes al robo de piezas que luego son vendidas para el proceso de fundición. Se ha descubierto que más allá de las piezas robadas para luego ser vendidas, fundir monedas es más rentable que intercambiarlas, se obtiene más que su valor nominal.

Este es uno de los factores que elevaron el número de robos de materiales de bronce, como los picaportes o cables, que tientan a los delincuentes, porque les resulta fácil acceder a ellos y es un hurto que les proporciona una rápida recaudación.

Además de los edificios que tienen picaportes y adornos de bronce en sus puertas, otros lugares predilectos de los delincuentes son los cementerios, Iglesias y plazas, donde siempre encuentran el momento oportuno para llevarse algún objeto valioso. Así lo indican las denuncias que se han registrado en los tiempos de pandemia, cuando todos tuvimos que quedarnos confinados y la soledad de las calles propició el accionar delictivo.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Viernes 20/08/21 - (Cantidad de caracteres: 1340)