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Todo bronce que camina va a parar a un fundidor

Ocurre que los bronces no caminan, son el objeto de deseo de los delincuentes que los roban para hacerse de unos pesos.

Partes de esculturas, placas de cementerios y monumentos, herrajes de puertas de edificios y ahora: porteros eléctricos, son los elementos que atraen a los ladrones para llevar a alguna fundición, donde les pagan por pesaje.

Esto genera un importante gasto a los consorcios, que deben reponer lo antes posible los porteros eléctricos, ya que necesitan disponer de ellos para atender desde un delivery y correo a domicilio a un médico que viene a atender una emergencia o simplemente recibir a las visitas y saber que han llegado.

Cuando caminamos por los distintos barrios, hemos comprobado el faltante de los pomos de varias puertas y ahora se observan cables colgando del espacio que ocupaba el tablero del portero eléctrico.

Según lo informado por la Cámara de Empresas de Porteros Eléctricos (CAEPE), hay 100 técnicos en toda la ciudad y por eso, muchas veces, hay demoras para poder reemplazar la chapa de bronce robada por una de acero, que tiene un costo aproximado de $70.000 y más.

Es por eso, que debido a la crisis económica y la imparable inflación que estamos atravesando, resulta difícil poder cambiarlo y en algunos casos hemos visto que cubren el hueco del portero robado con un cartón, hasta poder colocar uno nuevo.

La mayoría de los consorcios se inclinan por el reemplazo de picaportes o porteros de materiales menos valiosos que el bronce o el cobre, como por ejemplo los picaportes de madera y placas de portero de plástico.

Desde el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad califican estos delitos como “robos por subsistencia”. “No son bandas organizadas sino personas en situación de calle que ven en esto una forma de obtener una ganancia”, explican. En el mercado, el kilo de cobre se paga entre $ 1.500 y $ 2.000 el título.

Obviamente, otro comentario desafortunado de funcionarios del gobierno, porque si bien algún caso puede ser un robo por necesidad, el que es decente y honesto, busca otros medios para poder ganar unos pesos: limpiar vidrios de coches, de vidrieras, venta ambulante de alguna fruta, pañuelos de papel, medias, etc. La persona decente NO Roba, TRABAJA.

El delito del robo de metal no siempre es denunciado. A veces son robos que parecen "menores": la sustracción de un herraje o de un timbre. No obstante, las fuentes porteñas explican que más allá de las denuncias que se realizan, existe un buen registro de estos casos a través de las llamadas al 911.

“Las comunas destinan personal al patrullaje nocturno alertas a este tipo de robos, lo que genera estas detenciones -dicen-. A su vez, los propios vecinos llaman al 911 cuando observan movimientos extraños o ven cómo están forcejeando para robar los metales”.

Pero eso no alcanza, ya que no solo están los que delinquen robando sino que están los que a sabiendas de su procedencia, los compran porque también hacen su negocio. Una fundición no puede ignorar que una placa de un cementerio, en la que se lee un recordatorio, un homenaje, es producto de un robo y aún así, "Todo bronce que camina va a parar a la fundición".

La Subsecretaría de Seguridad Ciudadana, coordinó 82 inspecciones a locales comerciales y galpones que compran y venden metal en la Ciudad, 37 de los cuales fueron clausurados. Además, se labraron más de 150 actas de infracciones por distintas irregularidades.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 31/03/22 - (Cantidad de caracteres: 3452)