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    Los misterios de la Gioconda en Museo del Prado

    Hace pocos días circuló una noticia sobre la Gioconda de Leonardo Da Vinci. El historiador italiano, Silvano Vinceti, experto en la pintura más famosa del mundo, reveló que el paisaje de fondo, detrás de la Mona Lisa, es de la localidad de Latgerina, de Arezzo, en la Toscana.

    La Gioconda en Museo del PradoUtilizando imágenes de drones y a partir de antiguos documentos de la época de los Médici hallados en el archivo de Estado de Florencia, Vinceti, uno de los máximos estudiosos de Leonardo da Vinci, anunció un nuevo descubrimiento sobre la Gioconda, la obra de arte más conocida y analizada del mundo, que atrae todos los años millones de visitantes en el Louvre de París.

    En una conferencia de prensa en el la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera, reveló haber hallado el “verdadero puente” que se ve en el paisaje de la pintura que retrata a Lisa Gherardini, alias Monna Lisa, una dama noble de sonrisa enigmática, esposa de Francesco Del Giocondo, próspero comerciante de sedas que era muy amigo del padre de Leonardo, el escribano sor Piero.

    Autor de cinco libros sobre la Gioconda, Vinceti reconoció que, aunque “cualquier historiador debe saber que no hay verdades absolutas”, tiene la certeza de que se trata del antiquísimo puente Romito de la localidad de Laterina, en provincia de Arezzo, de la Toscana. “Aunque en las últimas décadas las hipótesis de los historiadores indicaban que ese puente era el de A Buriano, también en provincia de Arezzo, o el de Bobbio, en provincia de Piacenza, esto es un error”, dijo, al anunciar que gracias a una investigación histórico-documental, llegó a la conclusión de que el “verdadero puente es el de Laterina”.

    Lo cierto es que Conozca Buenos Aires visitó hace una semana el Museo del Prado, en Madrid, donde se expone un cuadro de la Gioconda, exactamente igual al del Louvre.

    En el Museo del Prado se difunde la siguiente información:

    El estudio técnico y la restauración realizados entre 2011 y 2012 han revelado que se trata de la copia de la Gioconda más temprana conocida hasta el momento y uno de los testimonios más significativos de los procedimientos del taller de Leonardo. La existencia del paisaje bajo el fondo oscuro se detectó a través de una reflectografía infrarroja y una radiografía. Análisis posteriores permitieron detectar que el repinte era posterior a 1750 y que debajo se conservaba el paisaje original en buen estado, aunque inacabado en algunas zonas, lo que pudo ser la causa de su enmascaramiento.

    Los materiales utilizados son de gran calidad y su factura es muy cuidada, a pesar de la inferior calidad respecto al original. Pero su mayor interés reside en que, desde el dibujo preparatorio y hasta casi los últimos estadios se repite el proceso creativo del original. Las dimensiones de ambas figuras son idénticas y fueron quizá calcadas partiendo del mismo cartón.

    La Gioconda en Museo del PradoLa prueba más evidente de que las dos obras fueron realizadas al mismo tiempo es que cada una de las correcciones del dibujo subyacente original se repite en la versión del Prado, lo que demuestra que su autor tuvo en cuenta elementos que Leonardo dibujó en las capas subyacentes pero no incluyó en la superficie. Solo alguien que trabajase junto al pintor sería testigo de los ajustes que este introdujera en la obra en curso. Formalmente son iguales, pero la tabla del Prado está lejos de la calidad y la factura de la del Museo del Louvre. Los paisajes del fondo participan del mismo aspecto evanescente, pero el recuperado en la copia está inacabado. En él se observan formaciones rocosas que el maestro dibujó en Milán hacia 1508-11 y que se hallan bajo la superficie del prototipo. Esto apoya la hipótesis de que la obra del Prado representaría un momento anterior a la finalización del original, que Leonardo modificó cuando el copista ya no podía verlo, o que su tabla se quedaría en Milán cuando Leonardo viajó a Roma en 1513 y no pudo seguir trabajando en ella.

    Todos estos elementos apuntan a un miembro del taller de Leonardo, próximo a Salai o a Francesco Melzi, los alumnos más cercanos al maestro y que tenían acceso directo a sus dibujos de paisaje.


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 09/05/23 - Fuente consultada: Museo del Prado
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