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    Restauración y puesta en valor
    del Instituto Bernasconi

    Situado en la calle Catamarca al 2100, el Instituto Bernasconi ocupa un edificio monumental, que fue proyectado por el arquitecto Juan Waldorp en 1918. La escuela es un verdadero palacio que transformó al barrio de Parque Patricios.

    El edificio fue mandado a construir por el señor Félix Fernando Bernasconi en 1905, cuando legó sus bienes al Consejo Nacional de Educación y el arquitecto Waldorp lo dotó de características palaciegas, monumentales, para albergar múltiples actividades educativas, deportivas y artísticas, sumando además una importante cantidad de plantaciones que le han otorgado un bello entorno.

    En Parque Patricios, un barrio de casas bajas, el edificio emerge por encima de toda construcción cercana. Ni siquiera la enorme y añeja arboleda de plátanos y fresnos le hace sombra a este Monumento Histórico Nacional (declarado así en 2009 por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos).

    Allí funcionan seis escuelas: cinco primarias (una destinada a personas adultas) y una secundaria (también para mayores de 18 años), dos jardines de infantes y una escuela de coro y orquesta (Athos Palma).

    Además hay dos piscinas que no sólo usan los chicos y chicas del Bernasconi, sino alumnos de otras escuelas (para completar el Plan Natación de la Ciudad) y los vecinos; un magnifico auditorio y hasta un museo creado por la educadora y pedagoga Rosario Vera Peñaloza.

    El museo ocupa todo un piso. Para los visitantes es una gran oportunidad para entender por dentro como fue concebida esta mole que tiene dos núcleos de aulas, todas con ventanas al exterior, bañadas de luz natural. Hacia el interior, una galería de circulación recorre todas las aulas; esta galería iluminada también por la luz natural de los dos grandes patios centrales.

    Sólo contando a los estudiantes, se mueven más de 4.000 personas por día en las entrañas de esta gran construcción.

    Hoy el Ministerio de Educación porteño, junto al de Infraestructura, avanzan en una restauración parcial del edificio, muy necesaria. Entre otras cosas había desprendimientos y caída de material, lo que ponía en peligro a todas las personas que circulaban por la zona.

    Como se hace habitualmente en estos trabajos de restauración, primero se investiga sobre la historia y los usos originales del edificio. Aquí tuvieron el camino allanado: en la biblioteca de la escuela se encuentra toda la información relativa a la construcción y el diseño, documentado por el propio arquitecto. Definitivamente, todo un tesoro.

    "Tener la información de primera mano nos permitió entender por qué hay una zona del techo tan afectada por grietas, por ejemplo. Originalmente el auditorio tenía un techo de vitrales. El techo podía abrirse para ofrecer conciertos "bajo las estrellas". Pero luego a ese techo se le colocó una losa para la construcción de una cocina", explicaron desde Hit, la empresa contratista a cargo de la restauración. Lógicamente este cambio abrupto en la estructura tiene sus consecuencias.

    En el lugar, Hit montó prácticamente un taller artístico en donde reproducen los faltantes ornamentales de las fachadas, como motivos botánicos -por ejemplo, guirnaldas de hojas- y hasta grifos. Se pueden ver conjuntos de estos animales mitológicos, mitad ave, mitad felino, que representan la lucha, la fuerza y el coraje. Algunas de estas reproducciones se realizan en el taller y otras, desde el andamio, dependiendo de la complejidad.

    De una manera u otra, luego los trabajadores terminan los detalles sobre la misma fachada y trabajan con herramientas diminutas. Desde una planta baja es imposible ver el nivel de detalle con el que trabajan, pero es realmente destacable.

    Una perlita: El solar que ocupa el Bernasconi era donde originalmente estuvo un casco de estancia -El Edén-, propiedad de Francisco Facundo Moreno, padre de Francisco, el famoso Perito Moreno, quien intervino en la defensa de los límites con Chile (además conservacionista, botánico, científico, explorador, político). En los jardines del instituto se encuentra el que está considerado el primer árbol histórico de Argentina, el "aguaribay del Perito Moreno", plantado en 1872.

    Bernasconi falleció en 1914 y, como se dijo, la donación de la fortuna familiar permitió la adquisición de las tierras de los Moreno, por parte del Consejo Nacional de Educación. Luego Waldorp, que era el director general de arquitectura del Consejo, dio inicio al proyecto. La piedra fundamental se colocó en 1921 y la inauguración fue 8 años después, en 1929.

    Actualmente se concluyeron las tareas de restauración de la fachada sobre la calle Cátulo Castillo; todas las fachadas internas de uno de los patios; y se está trabajando sobre el segundo patio, sin alterar la convivencia con la dinámica del colegio.

    Fuentes del Ministerio de Infraestructura informaron que la obra concluirá a fin de año. Sin dudas la escuela, la comunidad y el barrio merecen la restauración completa de este monumento; también la memoria de Bernasconi, fabricante de zapatos, empresario y filántropo, que fue el gran artífice de la existencia del instituto.


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 16/07/24 Fuente: Clarín - (Cantidad de caracteres: 5126)




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