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Aunque la Confitería del Molino abrió en 1860, este edificio se terminó de construir en 1917. El proyecto, de estilo art nouveau, es del arquitecto italiano Francisco Gianotti. Por su ubicación –frente al Congreso – fue lugar de encuentro de los políticos argentinos.
Este edificio de vanguardia de la Belle Epoque, constaba de salones para fiestas y tres subsuelos en los que se instaló una planta de elaboración integral, con fábrica de hielo, bodegas, depósitos y taller mecánico, modelo de la época. El resto es un edificio de rentas, conformado por departamentos para viviendas u oficinas.
La Confitería del Molino, con su magnífica torre, sobre la ochava, sus vitraux y sus ornamentaciones, cerró sus puertas el 23 de febrero de 1997, después de acoger durante 137 años a los porteños. Está incluida en una lista considerada por la UNESCO para ser declarada Patrimonio Art Nouveau Internacional pero sin embargo, su estado de deterioro es bastante avanzado.
El gobierno porteño elevó a la Legislatura de la ciudad un proyecto de ley para expropiar el edificio de la tradicional Confitería y llamar a concurso para su puesta en valor y recuperación mediante una concesión.
Voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano comentaron que en principio, sólo se exigirá reabrir una confitería con la misma denominación en la planta baja y deberá discutirse con la oposición el destino que se dará a los otros pisos del edificio.
Como la propiedad ya fue catalogada con nivel de protección estructural y, además, la confitería fue declarada monumento histórico nacional, buena parte de su estructura y sus instalaciones originales deberán ser respetadas, lo que impedirá daños al valor arquitectónico del edificio.
El proyecto de expropiación tiene amplias posibilidades de ser aprobado, a diferencia de varias iniciativas anteriores en el mismo sentido, que había presentado la oposición y que no prosperaron.
La llegada a la Legislatura del proyecto oficial permitirá mantener vigente la posibilidad de avanzar con la recuperación de la Confitería del Molino, que permanece cerrada y en estado de abandono desde hace catorce años.
Organizaciones vecinales que defienden el patrimonio urbano se reunieron el jueves 22 de diciembre a las 12, frente a la Confitería del Molino (Rivadavia y Callao) para pedir la prórroga de la ley 2548, que protege de cualquier intento de demolición a los edificios anteriores a 1941. Si no se prorroga, la protección dejará de regir el 31 de este mes.
Página Declarada de
Interés Cultural
(Legislatura CABA 512/2004)