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llos hombres y mujeres que quisieron forjar el futuro del país, es un reconocimiento a artistas de distintas disciplinas, dignifican a algunas profesiones u oficios o como en el caso de las esculturas funerarias, acompañan el sentimiento de espiritualidad y paz de los sepulcros.
El trajinado ritmo de los porteños nos priva a veces de la posibilidad de observar, interpretar, apreciar y valorar las maravillosas esculturas. Seguramente pocos se preguntan cuál fue el primer monumento en Buenos Aires, cuáles fueron los monumentos que le regalaron a la Argentina cuando se cumplió el primer centenario de la Revolución de Mayo de 1810 y por eso, hemos pensado en hacer una breve clasificación de esas esculturas que engalanan a nuestra ciudad, con la idea de que se conozca un poco más del tema, de despertar el sentido de pertenencia y el deseo y compromiso de respetarlas y preservarlas, porque son parte del patrimonio de los porteños y cuidarlas es obligación de todos.
Como ya hemos tratado en otras notas, los actos de vandalismo que sufren las esculturas tienen un costo elevadísimo y tal vez esa sea una de las razones por lo cual, en los últimos años, las nuevas esculturas se realizan en materiales menos costosos que el mármol y el bronce, se utiliza resina epoxi o fibra de vidrio, que a pesar de no tener el aspecto de las otras, permiten lograr un acabado casi perfectos que se asemeja mucho a la figura real.
Dentro de este tipo de esculturas, podemos encontrar las del Parque temático Tierra Santa, algunas que recuerdan a Borges, Bioy Casares, Alfonsina Storni, Aníbal Troilo, la de Olmedo y Javier Portales (atacada cinco veces en el último año) y también la pequeña Mafalda, un personaje de historieta que enamora a todo el mundo. Finalmente, hace pocos días se inauguró el Paseo de la Historieta Argentina, en el barrio de San Telmo, donde se colocarán 10 esculturas de personajes de historietas y ya arribó el primero, Isidoro Cañones.
Vale la pena acercarse a las plazas y observar con detenimiento estas maravillosas obras que forman parte de nuestro patrimonio y tomar conciencia de que debemos cuidarlo. Lleve a sus hijos o nietos a recorrer la ciudad, enséñeles a apreciar y disfrutar del arte y también edúquelos para que aprendan a cuidarlo.
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Página Declarada de
Interés Cultural
(Legislatura CABA 512/2004)