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El día miércoles 10 de octubre, los vecinos del barrio de Palermo tuvieron la sorpresa de un paseante muy particular que estuvo por sus calles. Se trataba de una monita Carayá, que saltaba de árbol en árbol.
Personal de la Dirección Nacional Fauna y del Zoo de Buenos Aires trabajaron en el lugar para poder capturarla, pero fue una tarea bastante difícil porque saltaba de rama en rama, burlándose de sus captores, hasta que finalmente fue atrapada por los bomberos, en la Plaza Benjamín Gould, donde está situado el Planetario Galileo Galilei, el viernes 12, a la mañana.
Intentaron guiarlo hacia una rama baja y capturarlo con una red o copo, para no tener que recurrir al uso de dardos para dormirlo, según indicó Miguel Rivolta, director de Bienestar Animal del Zoo porteño, pero como la tarea era bastante difícil, los peritos esperaron a que la mona se acostara en una rama para calentarse al sol y le dispararon un dardo tranquilizante para dormirla. Luego, la agarraron con un copo, una suerte de palo con una red en la punta.
La monita fue llevada al Jardín Zoológico, donde se le realizaron estudios y se verificó que tiene entre seis y siete años, está en buen estado nutricional, buen pelaje, aunque se esperaban las pruebas de sangre y bacteriológicas, para saber si tiene alguna enfermedad contagiosa y luego se verá, de acuerdo a su comportamiento, si se relaciona bien con otros monos, para saber cuál es el lugar ideal para ser trasladada. Este tipo de monos, en cautiverio, puede vivir unos treinta años.
Se trata de una especie autóctona de Chaco y Corrientes y los especialistas creen que "Pepe", como lo bautizaron unos chicos que se encontraban en el parque, no llegó por sus propios medios sino que fue liberado por su dueño o bien se escapó de la casa donde lo tenían como mascota. Cabe destacar que la venta de estos animales está prohibida por la Ley y tenerlos en cautiverios como animales domésticos es, además, "una tendencia peligrosa".
Página Declarada de
Interés Cultural
(Legislatura CABA 512/2004)