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Después de la tragedia ocurrida el miércoles 22 de febrero en la Estación Once, en la que perdieron la vida 51 personas y más de 700 resultaron heridas, el gobierno porteño puso en marcha los trabajos para construir un desvío de nueve metros en Bartolomé Mitre al 3.300, donde funcionaba el boliche Cromañón, en el que murieron 194 personas (año 2004), que permita "dejar intacto" el santuario montado en esa calle y poder reabrir la arteria al tránsito.
El cierre de esa calle dificultó muchísimo las tareas de rescate de las personas que viajaban en el tren al que le fallaron los frenos y chocó contra los paragolpes hidráulicos de la estación. La calle Bartolomé Mitre es una vía que hubiese facilitado la circulación de las ambulancias que llegaban para auxiliar a las víctimas.
Efectivos de la Policía Metropolitana y personal de Ministerio de Espacio Público porteño se acercaron desde temprano a la zona, para comenzar los trabajos, con la orden de reabrir el tránsito, tal como estableció la Justicia.
El ministro de Espacio Público, Diego Santilli dijo que se respetará el emplazamiento del santuario y que se hará un pequeño desvío por la plaza seca, ubicada detrás del paredón del ferrocarril. Además, el funcionario sostuvo que todo fue "consensuado con familiares" de las víctimas.
Si bien un grupo de padres de las víctimas de Cromañón están de acuerdo con la medida, siempre que se respete el santuario, otros padres cuestionaron los trabajos de apertura de la calle. Es más que entendible el dolor por la pérdida de sus familiares, pero también deberían entender y desear que no le ocurra algo semejante a otras familias y que fundamentalmente, al quedar esta calle anulada para el tránsito vehicular, retrasa la llegada de bomberos o ambulancias y de eso depende salvar a alguien o que pierda la vida.
No sería razonable que ahora, los familiares de las víctimas del accidente del tren, hicieran un santuario sobre la avenida Pueyrredón, como se hizo con Bartolomé Mitre, por lo tanto, el mejor santuario para recordar a los familiares fallecidos es el corazón de cada uno, donde se atesoran los mejores recuerdos de momentos compartidos, que es la mejor manera de recordarlos.
Nadie mejor que los que han padecido la pérdida de sus hijos para comprender y no permitir que les ocurra a otros y aceptar que no se les está quitando el santuario sino que se reubique a unos metros, para facilitar la circulación de tránsito que desde hace 8 años está interrumpida, generando muchos inconvenientes.
Página Declarada de
Interés Cultural
(Legislatura CABA 512/2004)