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Santa Felicitas y su gran deterioro

Esta semana, la Iglesia Santa Felicitas, situada en Isabel la Católica 520, del barrio de Barracas, fue declarada Monumento Histórico y Artístico Nacional. Sin embargo, en los últimos años, este bellísimo edificio muestra un importante deterioro, que se hace más visible en su interior y eso dio orígen al reclamo de un grupo de feligreses que decidió tomar cartas en el asunto para que la Ciudad y la Nación aporten fondos que permitan realizar una adecuada restauración.

Después del fallecimiento de Felicitas Guerrero, el día 30 de enero de 1872, sus padres decidieron que la mejor manera de recordar a su hija, era donando sus bienes para erigir una capilla, que fue inaugurada el 30 de enero de 1876. La construcción de la misma fue obra del arquitecto Ernesto Bunge y responde al estilo neo-románico con algunos elementos del gótico.

El templo fue cedido en donación a la ex Municipalidad de Buenos Aires en agosto de 1993 y desde entonces, según comentó gente allegada a la Iglesia, al gobierno porteño no le interesa tener una iglesia y por lo tanto no hay fondos para mantenerla y la Curia, tampoco hace aportes porque argumenta que le corresponde al gobierno de la ciudad, razón por la cual, nadie hace nada para evitar el deterioro de la misma.

Hace unos años, Alemania hizo una donación importante que sirvió para reparar el techo, los vitrales, el órgano y el reloj, pero todavía hay mucho por hacer, según dijo el párroco de la Iglesia, Dante Galeazzi.

Por su parte, los feligreses dicen: “Nos estamos moviendo porque el templo es muy valioso, pero está muy deteriorado”. “Mucha gente lo visita y comprueba su belleza, pero se lamenta por su estado”.

La Iglesia impresiona por la originalidad de sus líneas, la esbeltez de sus torres y las figuras de ángeles dispuestas en simetría. En el Nartex se encuentran dos blancas esculturas de mármol de Carrara: sobre la derecha, la de Martín de Alzaga - Marzo 17 de 1870 y sobre la izquierda, la imagen de Felicitas con su hijo Félix, en cuyo pedestal se lee “+ Felicitas G. de Alzaga - Enero de 1872”y “+ Félix de Alzaga – Octubre 3 de 1869”. El niño murió a los 6 años.

El interior del templo es de una sola nave con crucero y cúpula. Este interior llama la atención por la riqueza de su decorado, el cual se basa en una buena combinación de mármoles, estucos, y pinturas. La bóveda del crucero ha sido decorada con escenas simbólicas en la que resaltan los dorados.

El altar mayor, los laterales y el púlpito son de mampostería policromada. En los cuatro ángulos del crucero se encuentran las imágenes de los Apóstoles.

La capilla posee tres altares: en el Altar Mayor esta la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en el lateral izquierdo la imagen de Santa Felicitas mártir que fue sacrificada junto a los siete hijos. En el altar lateral derecho se halla la imagen de San Martín de Tours, patrono de la ciudad de Buenos Aires.

Los vitrales son de origen francés y el piso de mosaicos españoles. Las lámparas del templo, con numerosos caireles de cristal aún conservan sus tubos de gas de carburo.

En la antesacristía se pueden ver los bustos de los donantes: Doña Felicitas Cueto de Guerrero y Don Carlos J. Guerrero.

En los jardines aledaños existe una reproducción de la Gruta de Lourdes, obra dirigida por el ingeniero G. Kreutzer, que fue inaugurada el 8 de diciembre de 1898 y las esculturas se deben al artista italiano, Juan Bellotti.