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El jueves 26 de abril, la Legislatura porteña aprobó en segunda lectura una ley que cataloga con nivel de protección estructural al Teatro Opera, lo declara monumento y preserva su nombre histórico. La ley no sólo protege a la fachada, sino al hall y a la sala principal del teatro, entre otros espacios.
El proyecto, que había sido presentado por el ex diputado de la Coalición Cívica, Sergio Abrevaya, ya había sido aprobado en primera lectura en agosto del año 2011 y avalado en una audiencia pública, pero ahora recibió su sanción definitiva.
Debido a que en los últimos años gran parte del patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad se ha visto amenazado y en algunos casos se demolieron edificios de gran valor patrimonial, la aprobación de esta ley es una manera se resguardar al Opera y no podrán demolerlo, ya que se lo ha declarado Monumento y preserva su denominación histórica.
En 2010 se generó una gran polémica cuando lo rebautizaron como “Teatro Citi”, hasta que, debido a las críticas, le repusieron el nombre y quedó como “Opera Citi”. Este proyecto además de reconocer la importancia arquitectónica del Cine Teatro Opera, también tiene en cuenta su valioso aporte cultural.
El teatro Opera, en avenida Corrientes 860, fue proyectado por el arquitecto belga Albert Bourdon, e inaugurado el 7 de agosto de 1936. El edificio responde al estilo Art Decó y se levantó en tan solo nueve meses, en el mismo lugar que, desde 1872, había ocupado el “Teatro de la Opera”. En principio estaba destinado al género lírico. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1872 con la ópera Il Trovatore y fue el primero de la ciudad que contó con iluminación a gas, una excepción para la época, hasta que en 1889 se instaló una usina eléctrica para autoabastecerse. Ya en 1936, cuando se hizo el ensanche de la avenida Corrientes, su propietario Clemente Lococo aprovechó la oportunidad para construir el definitivo Teatro Ópera que perduró hasta nuestros días.
Cuenta con 2.500 localidades. Su hall está revestido con exquisitos mármoles de colores y una particularidad que fue realmente innovadora para aquellos tiempos, es el techo de la sala principal, que simula una gran vía láctea.
Página Declarada de
Interés Cultural
(Legislatura CABA 512/2004)