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El jueves 28 de febrero, tal cual se había anunciado, el Papa Benedicto XVI, dejó su pontificado. Es el primer Papa que renuncia en 600 años.
Luego de ocho años como Papa, Benedicto XVI dio la última misa, se despidió de los cardenales en la Sala Clementina del Palacio Apostólico y salió por última vez al balcón, para saludar a una multitud emocionada, que se encontraba concentrada en la Plaza San Pedro para despedirlo.
Minutos antes de las cinco de la tarde, Joseph Ratzinger, salió de los aposentos pontificios, acompañado por su secretario personal monseñor Georg Gaenswein y su comitiva; bajaron al gran patio de San Dámaso, donde los esperaba un largo piquete de la Guardia Suiza con sus espléndidos uniformes, y el cardenal Bertone, que saludó emocionado a su amigo Joseph Ratzinger.
Benedicto XVI se despidió de todos y en automóvil se dirigió al helipuerto vaticano, donde un helicóptero de la Aeronáutica italiana dio una vuelta por la basílica de San Pedro donde redoblaban las campanas de saludo, y sobrevoló después el Coliseo y la Catedral de San Juan de Letrán, donde también redoblaron las campanas. Miles de romanos sobre los techos lo saludaban con afecto.
Quince minutos después el helicóptero aterrizó en Albano y desde allí otra comitiva automovilista recorrió dos kilómetros hasta la residencia de Castelgandolfo.
El Papa ingresó en los aposentos acompañado por altos prelados de la Curia y con un martillo se rompió el anillo del pescador que llevaba Benedicto XVI y el sello pontificio. Estas ceremonias y los encuentros con el ex Papa fueron dominados por la emoción de todos. A las ocho de la noche, cientos de periodistas registraron la escena de la plaza de Castelgandolfo, cuando dos guardias suizos desmontaron la guardia y cerraron los altos portones del palacio en el que Joseph Ratzinger y su secretario personal, promovido hace poco a arzobispo, rezaban el rosario. A la misma hora en el Palacio Apostólico vaticano, fueron cerrados herméticamente, como enseña la tradición, los aposentos pontificios.
El ex Papa residirá en Castelgandolfo durante dos meses y después se trasladará al Vaticano, donde se retirará a un monasterio en la colina “en silencio, oración y meditación”. Vivirá allí con Georg Gaenswein y cuatro monjas que se encargarán de las tareas domésticas.
Comenzó ahora el período de sede vacante, quedando a cargo de la transición hasta la elección de un nuevo Papa, Tarcisio Bertone, el cardenal camarlengo. El 4 de marzo es la primera fecha clave para la elección del próximo Papa.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 02/03/13 - (Cantidad de caracteres: 2558 )
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