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El domingo 1° de septiembre, la comunidad judía celebró, según su tradición, los 5.774 años de la creación del mundo y la aparición del hombre, en el sexto día de su creación.
El miércoles 4 de septiembre se celebra el Año Nuevo, desde el atardecer, comenzando con la aparición en el cielo de la primera estrella, hasta el viernes 6. El ayuno del Día del Perdón (Iom Kipur) será una semana después, el viernes 13 y el sábado 14.
Elul es el duodécimo y último mes del año, y durante el mismo los judíos de todo el mundo acostumbran a dedicarse a la introspección y a realizar un balance espiritual (Jeshbón Hanéfesh) de todo lo actuado respecto del prójimo, de sí mismos y también respecto de la divinidad.
Es el momento más pertinente para hacer teshuvá (“retorno” a la senda establecida por Dios), rezar y cumplir más mitzvot (preceptos), como hacer tzedaká (caridad) y prestarle especial atención a ahabat Israel (amor al prójimo).
Durante elul también se acostumbra tocar o escuchar el shofar (cuerno de carnero históricamente utilizado para convocar al pueblo hebreo) como un llamado al arrepentimiento, escribir una carta de disculpas y desear “¡Shaná tová umetuká!” (año bueno y dulce) y “Ctivá vejatimá tová” (buena inscripción y rúbrica –en el Libro de la Vida–), excepto el último día del año.
Otra costumbre para estos días es hacer revisar los tefilín (filacterias) y mezuzot (artefacto ritual que se coloca en el marco de las puertas) por un sofer (escriba), para asegurarse de que son aptos para su uso.
Desde épocas muy antiguas, estos días simbolizaron la reconciliación entre Dios y su pueblo, que volvió a disculparse por haber cometido el pecado de fabricar un becerro de oro para adorar.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 05/09/13 - (Cantidad de caracteres: 1729)
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