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El Parque Lezama, situado en el barrio de San Telmo, ha sido testigo de varios acontecimientos históricos. Siempre se dijo que fue el lugar donde arribó el adelantado, Pedro de Mendoza, en 1536, para fundar Buenos Aires por primera vez; también allí hubo un arsenal en el que se guardaba la pólvora que luego se utilizó durante las invasiones inglesas y con el correr del tiempo, tuvo varios dueños, hasta que ese espacio fue adquirido por el señor Gregorio Lezama, edificó allí su casa y la embelleció con un hermoso gran jardín. La casa es actualmente el Museo Histórico Nacional y los jardines son el Parque que lleva el nombre de su ex dueño, como fue la voluntad expresada por la viuda de don Gregorio al gobierno, para ser implementada después de su muerte.
Este es uno de los mayores pulmones verdes del sur de la ciudad, ocupa ocho hectáreas delimitadas por la avenidas Brasil, Paseo Colón, Martín García y Defensa y fue diseñado por el prestigioso paisajista Carlos Thays, a principios del siglo XX.
Siempre fue uno de los parques preferidos por los porteños, pero el paso del tiempo y la falta de mantenimiento hacen visible su terrible deterioro: senderos levantados por las raíces de los añosos árboles, la balaustrada del balconcito que da hacia Paseo Colón presenta roturas, las preciosas barrancas muestran sectores donde falta césped y los monumentos sufrieron el vandalismo que también se da en otros lugares de la ciudad, están rotos o escritos con aerosoles. El área de juegos para los niños también presenta faltante de hamacas y el anfiteatro es otra parte del parque que no escapa a esas condiciones.
Según había informado el gobierno porteño, se llevaría a cabo un plan de recuperación, cuya primera etapa debió haberse terminado a fines de 2012, pero todavía ni siquiera ha comenzado.
Además de todo lo citado, los vecinos suman quejas por la inseguridad y la gente en situación de calle que acampa en el parque.
En junio de 2012, el ministro de Espacio Público, Diego Santilli, había informado que en la primera etapa, se realizaría la puesta en valor de los monumentos y obras de arte, y la colocación de la reja perimetral, debía estar finalizada en diciembre de 2012. La segunda etapa, comprendería las tareas sobre el anfiteatro que da a la calle Brasil y la zona de juegos cercana a Defensa, la recuperación de sanitarios y equipamiento, que debería concluir a mediados de 2013.
Vencido el primer plazo, lo único que se ve en el parque Lezama es el inicio de la construcción de un canil en la zona orientada hacia la calle Martín García. Del resto del plan aún no se realizó ninguna obra.
La explicación de Diego Santilli fue que "Se necesitaba un dictamen de aprobación de la Dirección General de Casco Histórico y esa aprobación demoró; eso retrasó el inicio de la obra. Ya se encuentra licitada y el inicio será en febrero".
Sin embargo, otras voces dicen que el retraso se debió a las diferencias de criterios sobre la colocación de las rejas perimetrales. Sobre este punto las opiniones de los vecinos están divididas: algunos destacan que la falta de rejas facilita el vandalismo y el delito mientras otros reflexionan sobre la necesidad de respetar el espacio público como tal y ven las rejas como una limitación.
También los vecinos opinan que "Ferizama", la feria que los fines de semana atraviesa el parque, no debería estar, habría que relocalizar a los puesteros y recuperar ese espacio público.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 07/01/13 - (Cantidad de caracteres: 3457)
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