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El Transbordador Nicolás Avellaneda es un ícono en el barrio de La Boca, que fue inaugurado el 30 de mayo de 1914. Constaba de cuatro estructuras metálicas que actuaban como base. Montado sobre una estructura reticulada que es la parte superior del puente, donde están las vigas que sostienen las ruedas del transbordador, que se desplazan por vías similares a las del ferrocarril en su parte superior.
Se utilizaba para unir la ciudad con la provincia de Buenos Aires a través del Riachuelo.
En la barquilla, de ocho metros por doce, antiguamente entraban treinta personas y cuatro carros con caballos, y el cruce era gratuito. El mecanismo se accionaba desde una casilla que está del lado de Capital. Así funcionó hasta 1947 cuando el servicio quedó suspendido.
En 1940, fue reemplazado por el Nuevo Puente Avellaneda, cuyo nombre rinde homenaje al Presidente de la República, Nicolás Avellaneda (1874-1880), que durante su mandato se terminó la conquista de la Patagonia (1879) y se federalizó la ciudad de Buenos Aires (1880).
Durante muchísimos años cumplió con la noble tarea de transportar de borde a borde (de allí su nombre) a miles de trabajadores que iban de La Boca a la isla Maciel y viceversa.
Fue un elemento de unión y de pujanza, a la manera de las grandes estructuras de acero del mundo, como los rascacielos, las torres o las grandes estaciones de tren. Originariamente hubo veinte en el mundo y hoy solo quedan ocho.
Los otros siete que quedan en pie son: el puente transbordador Rochefort sur Mer es el único que aún existe en Francia (1900), el de Duluh, en Minnesota (1905), es el único transbordador de Estados Unidos; de Newport en Gales (1906); el de Osten, en Alemania, es el más pequeño de todos los que siguen en pie y fue contruido en 1909; el de Middlesbrought en Gran Bretaña (1911); el de Rendbourg(Alemania) equipado con un radar para controlar la navegación fluvial. Data de 1913 y el de Warrinton en Inglaterra (1916) que funcionó hasta 1970.
El juez Luis Armella, quien por encargo de la Corte Suprema de Justicia obliga a sanear el Riachuelo, dictaminó que debe ser recuperado y pidió que se retire el gasoducto que lo atraviesa en sus contornos e impide cualquier intervención.
La Fundación por la Boca realizó un convenio entre el Centro Argentino de Ingenieros y la Dirección Nacional de Vialidad para que se lleven adelante los estudios que determinen los alcances de su recuperación.
Antolín Magallanes, Director Ejecutivo de la Fundación X La Boca, recuerda que en 1970, Onganía decidió cerrar el puerto de La Boca y destruir para siempre la red económica cultural y social que había hecho grande a la cuenca baja del Riachuelo. Esperamos que los barcos vuelvan a pasar por el transbordador superando la actual prohibición preventiva y una vez saneado el río, vuelvan a La Boca, para devolverle paisaje quinqueleano, puerto, prosperidad y esperanza.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 05/10/13 - (Cantidad de caracteres: 2921)
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