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El martes 24 de junio se cumplen 185 años de una de las creaciones más valoradas por los argentinos golosos, “el dulce de leche”.
Todo comenzó el 24 de junio de 1829, cuando llegó el general Lavalle al campamento del coronel Juan Manuel de Rosas, en Cañuelas y como éste no se encontraba en el lugar, se recostó a descansar en el lecho del Restaurador.
Un rato después, al llegar Rosas, un oficial le dio cuenta de que Lavalle se hallaba solo y dormido en su lecho y al escuchar eso, dio órdenes de dejarlo descansar y cuando se despertara, debían avisarle. Cuando eso ocurrió, le envió un mate y fue a verlo, fundiéndose ambos en un abrazo.
Existe una leyenda que cuenta que la criada de Rosas, hervía leche con azúcar (preparación conocida en esa época como "lechada") para el mate de la tarde. La mujer se descuidó unos minutos y cuando recordó que había dejado la leche con azúcar al fuego durante un largo tiempo y al regresar a buscar la lechada, se encontró con una sustancia espesa y amarronada. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto de Cañuelas.
Los dos patriotas hablaron largo rato, entre otras cosas, Lavalle lamentaba lo que consideró fue un grave error: haber mandado fusilar a Dorrego, pero lo más importante de ese encuentro fue la firma de lo que se conoció como Pacto de Cañuelas, en la Estancia La Caledonia, que tenía como objetivo hacer cesar las hostilidades, restablecer las relaciones entre la ciudad y la campaña y olvidar el pasado, estableciendo: 1º, la elección inmediata de representantes de la Provincia; 2º, el nombramiento del gobernador que harían estos diputados, y al cual Lavalle y Rosas entregarían las fuerzas a sus órdenes; 3º, el reconocimiento que haría la Provincia de las obligaciones contraídas por Rosas durante la campaña, y de los grados de los jefes y oficiales del ejército de este último.
Sin embargo, los partidarios de Lavalle, que tomaron el pacto como una traición, fueron más hábiles, vencieron en las elecciones de la ciudad, que tuvieron lugar el 26 de julio con derramamiento de sangre y escándalos de toda especie. Los partidarios de Rosas, mucho más numerosos, protestaron el resultado estas elecciones.
Los consejeros del general Lavalle se habían burlado de una de las cláusulas secretas del convenio de junio, la cual establecía que se votaría una lista en la que entrasen por número igual candidatos unitarios y federales. Esta lista había sido confeccionada por miembros conspicuos de uno y otro partido, pero modificada por aquéllos a tal punto que aparecían electos diputados unitarios solamente.
Rosas desconoció esa elección, se negó a levantar el sitio y cerró por completo todas las entradas a la ciudad, reiniciando inmediatamente los ataques sobre Buenos Aires. Lavalle, que se había comprometido personalmente en Cañuelas, y sus colaboradores, que poco después admitieron que habían subestimado a Rosas, iniciaron nuevas negociaciones. El resultado de las mismas sería la Convención de Barracas: se llamaba de regreso a la legislatura que había existido en tiempos de Dorrego y el general Juan José Viamonte asumía el gobierno provisionalmente.
Pocos meses después, Lavalle y sus oficiales se habían exiliado, y Rosas asumía la gobernación.
Susana Espósito - Noticia publicada el: viernes 20/06/14 - (Cantidad de caracteres: 3322)
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