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La venta ilegal es un tema preocupante en la ciudad de Buenos Aires y Once, es uno de los polos donde se registra mayor número de manteros, que cubren las veredas. Una de las avenidas preferidas es Pueyrredón, entre Lavalle y Rivadavia, pero también son ocupadas las calles linderas.
Los manteros venden todo tipo de productos, comestibles, indumentaria, juguetes, bijouterie, anteojos y mucho más y si bien ofrecen precios que resultan convenientes para algunos, hay un descontento importante de los vecinos y también de los comerciantes de la zona, que pagan sus impuestos y consideran que es una competencia desleal.
Debido a eso, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, tomó la decisión de hacer cumplir la ley: pretende sacar de las calles a los vendedores ambulantes, tal como ocurrió hace un año en la peatonal Florida. Lo cierto es que en este caso, seguramente no resultará sencillo, ya que la venta callejera en el barrio Once echó sólidas raíces y los intentos anteriores de prohibirla siempre derivaron en situaciones de suma violencia.
Según el informe de diciembre de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), hay 463 puestos de venta ilegal en Once, lo que representa el 16,82% del total de puestos ilegales en la Capital. Los manteros de este barrio acumulan ingresos anuales de unos 52 millones de pesos de los más de $ 300 millones de pesos que movilizan los casi 2800 puestos de venta ilegal en territorio porteño.
Ante las obras de renovación del mobiliario urbano y las dársenas de colectivos de la plaza Miserere, que pondrá en marcha el gobierno de la Ciudad, se prevé avanzar, en muy pocos días, con un operativo para desalojarlos, encabezados por los inspectores de Ambiente y Espacio Público y con efectivos de la Policía Metropolitana. Primeros en la lista están los que ocupan la popular recova sobre la avenida Pueyrredón, ícono de la venta ambulante, y por donde caminar suele ser una verdadera odisea.
Fuentes del gobierno porteño sostienen que detrás de los vendedores callejeros hay "mafias" que obtienen jugosos dividendos; que contarían con la connivencia de las fuerzas de seguridad, y que hasta gozan del respaldo de algunos comerciantes que serían "socios" en los negocios de la venta ilegal. Esto explicaría por qué algunos vendedores formales de Once no se quejan por la usurpación de las veredas ni por la competencia desleal, algo que sí ocurrió con los comerciantes de Florida.
Además del uso del espacio público indebido, que hace intransitables las veredas que ocupan, los manteros violan todas las normativas posibles, las impositivas, las de trabajo, las de espacio público y las de seguridad. Ahora simplemente se espera que el plan de desalojo se cumpla con éxito, sin violencia y el espacio sea utilizado correctamente.
Susana Espósito - Noticia publicada el: 15/01/14 - (Cantidad de caracteres: 2814)
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