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Nuevos carritos en la Costanera Sur

Ya están funcionando 24 nuevos carritos en la Costanera sur. Son todos iguales, con mejores condiciones de higiene y ya no hay más carbón, funcionan a gas.

En el acto inaugural participaron el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el senador nacional, Diego Santilli, del subsecretario de Uso del Espacio Público, Patricio Di Stefano y el reconocido chef Donato De Santis.

Las autoridades destacaron que los nuevos carritos son menos contaminantes y garantizan una mayor higiene para los consumidores. Además, tienen servicio de agua potable y conexión eléctrica, lo que permite mejores condiciones de salubridad.

El diseño de los puestos es moderno y homogéneo, son de color marrón en el exterior y blanco en el interior, con toldos de franjas blancas y amarillas. Los antiguos, en cambio, eran estructuras anticuadas, cuyas medidas, cartelería y marquesinas no se ajustaban a las permitidas por la ley. El nuevo diseño contempla también el espacio para un freezer y una heladera con exhibidor para bebidas.

Las nuevas instalaciones pertenecen al Gobierno de la Ciudad, que los cede en comodato por cinco años a los permisionarios de los puestos. A cambio de la cesión, los encargados tienen que conservar los carros en buen estado, mantener limpio el entorno, tener la libreta sanitaria al día y pagar el canon correspondiente. En caso de incumplimiento de alguno de estos requisitos, se pierde el permiso y el puesto.

Los controles bromatológicos de los nuevos puestos están a cargo de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), a través de su Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria. Para acceder a los nuevos carritos, todo el personal que trabaja en los puestos realizó un curso de manipulación de alimentos.

Hacia 1926, los pizzeros del barrio de La Boca, llegaban hasta la Costanera sur como vendedores ambulantes para vender pizza. Ya había algunos carritos que ofrecían su menú parrilero, a base de churrascos apetitosos, a precio reducido.

Marcelo Torcuato de Alvear fue quien los desalojó por falta de higiene y por ser un "atentado contra la salubridad pública".

Tiempo después, surgieron los carritos modernos, por una idea de un curioso personaje de la ciudad: el Polaco Andrés, quien en la década del 50, estacionaba en Libertador y Bullrich un camión Chevrolet del año 1928, que había carrozado de aluminio con ventanas que hacían de mostradores donde despachaba panchos y cerveza tirada.

Para 1955 se mudó a la Costanera -de Salguero hacia el Sur- ya como parrilla y tuvo casi una docena de imitadores (el último se llamó Negro el 11).

Algunos memoriosos cuentan que el Polaco Andrés, ganó fortunas y se paseaba por Lavalle de smoking y con una rosa en el ojal, fue titular del cabaret Cucú y empedernido jugador. Dicen que su última noche, fue en una mesa de juego -en Perú al 600-, cuando cayó abatido por seis impactos de bala.

Lo cierto es que desde aquellos primeros carritos y las humeantes parrillas que despertaban el deseo de un rico choripán, un sandwich de bondiola u otros cortes, solo quedará el recuerdo visual y olfativo, ya que ahora, los carritos funcionarán con gas y no podremos percibir el característico y delicioso olor del asadito.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 21/08/14 - (Cantidad de caracteres: 3227)