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El vandalismo cuesta caro a los porteños

Siempre se dice que Buenos Aires es una ciudad única en el mundo y solo con recorrerla nos daremos cuenta que es cierto. Sus 48 barrios tan diferentes, con su propia identidad es solo uno de los motivos.

Lamentablemente, también en algunos aspectos, que no son para enorgullecerse, es única en el mundo, el vandalismo que sufren los monumentos, las fachadas de edificios, los subtes, etc . Algunos edificios y monumentos, parece que incluso tuvieran un imán que atrae las broncas y agresión desmedida de quienes se descargan con ira sobre ellos. Entre los mismos podemos citar la Catedral Metropolitana, que ha sufrido varias pintadas y una total falta de respeto hacia ese lugar sagrado; las esculturas de Olmedo y Portales vandalizadas muchísimas veces, al igual que el Monumento a Roca, al que incluso muchos porteños quieren hacer sacar y lamentablemente, bueno o malo, es parte de nuestra historia y el monumento, testimonio de la misma.

Todas las roturas y pintadas generan al Gobierno porteño un gasto mensual de entre cinco y siete millones de pesos, destinados a arreglar los destrozos.

Parece que el problema encuentra como única solución, desembolsar esa importante suma de dinero, pero nadie toma cartas en el asunto, no hay penalización para los vándalos porque si bien es una contravención, no se aplican sanciones y el 85% de las causas terminan durmiendo en un cajón.

El artículo N° 80 del Código Contravencional establece penas de quince días de trabajos de utilidad pública hasta multas de $ 200 a $ 3.000 para quien ensucie una propiedad pública o privada, y del doble si se afecta a monumentos, escuelas u otros edificios. Y el Código Penal marca tres meses a cuatro años de cárcel para quien dañe una propiedad pública. Pero casi no hay causas que terminen aplicando esas penalizaciones. Resulta indignante saber que con ese dinero se podrían hacer obras más necesarias para la comunidad, como por ejemplo en hospitales, escuelas, etc. Incluso con parte de ese dinero destinado a la reparación de monumentos, se podría pagar el servicio de guardianes de plazas, que fueron anunciados tantas veces y siempre es mejor prevenir que curar.

Lo único que el gobierno porteño adoptó como solución fue el enrejamiento de las plazas, que en cierta forma resguarda el espacio durante la noche. En Buenos Aires hay 250 plazas y 45 parques, de los cuales 83 ya fueron enrejados. En muchos casos, a pedido de los propios vecinos. En otros casos, como el Parque Lezama, que es uno de los que más sufre el vandalismo, el Gobierno porteño tenía un plan para recuperarlo y ponerle un enrejado, tal como tenía en el diseño original ideado por Carlos Thays, pero la fuerte oposición de asambleas vecinales de la zona obligó a desechar la idea de la reja.

Susana Espósito - Noticia publicada el: 22/01/14 - (Cantidad de caracteres: 2779)