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La agonía de la Confitería del Molino

Es larga y penosa. El edificio de estilo Art Nouveau fue proyectado por el arquitecto, Francisco Gianotti y se inauguró el 9 de julio de 1916. Vivió sus 81 años glamorosos hasta que el 23 de febrero de 1997 cerró sus puertas y desde entonces se encuentra en terapia intensiva.

Mucho tiempo ha transcurrido y a pesar de varios intentos por reabrirla, nunca se ha logrado, razón por la cual da pena pensar que cuando finalmente decidan hacer algo, tal vez sea demasiado tarde.

En estos días, el gobierno porteño hizo un examen para determinar si hay riesgo de derrumbe, ya que hace poco, hubo algunos desprendimientos y por ello se colocó una media sombra para evitar que cayeran partes de mampostería a la calle, por la que circula a diario gran cantidad de gente.

Los vecinos ya hicieron varias denuncias de caída de mampostería, que realmente los preocupa mucho. La ley porteña de fachadas y balcones (N° 257) establece que los inmuebles con más de 70 años tienen que ser inspeccionados cada dos años por el gobierno local.

El subsecretario de Emergencias de la Ciudad ha manifestado que la fachada de la emblemática confitería está mal conservada desde hace mucho tiempo, pero no hubo una asistencia de urgencia.

Existe un juicio por la sucesión del inmueble que complica la toma de decisiones sobre su destino, pero no hay avances en el trámite de expropiación, luego de que una ley nacional sancionada a fines de 2014 lo declarara de utilidad pública y estableciera que debía ser transferido al Congreso para su administración.

Según esa norma, el subsuelo y la planta baja deberán destinarse a una confitería con venta de productos de panadería propios. En los otros niveles funcionarán un museo sobre la historia del lugar y un centro cultural para la exhibición de la obra de jóvenes artistas. Un proyecto interesante, pero demasiado postergado.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 23/09/15 - (Cantidad de caracteres: 1883)