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Riesgos por deterioro de la Confitería del Molino

Ya han pasado casi 20 años desde que la Confitería del Molino cerró sus puertas y a pesar de varios intentos por reabrirla, nunca se ha logrado y continúa deteriorándose, a tal punto que hace pocos días, hubo desprendimientos de la fachada y eso, genera un riesgo para la gran cantidad de personas que circulan diariamente por allí.

La Confitería del Molino está situada en la esquina de avenida Rivadavia y avenida Callao, en el barrio de Balvanera y ha sido uno de los íconos porteños, declarada Monumento Histórico Nacional. Sin embargo, este bellísimo edificio, construído por el arquitecto Francisco Gianotti e inaugurado en 1917, ha sufrido el paso del tiempo y desde su cierre, el 23 de febrero de 1997, directamente cayó en un terrible estado de abandono.

La fachada presenta musgo en las paredes y óxido en las aspas, paredes ennegrecidas por la polución, desprendimientos de teselas, etc. Una mediasombra embolsa el balcón inferior del edificio para intentar contener las piezas que se desprenden y pueden caer desde lo alto de la fachada.

La familia Rocatagliatta es la dueña del edificio y según cuentan algunos vecinos, para no tener que dejarlo, han consentido que algunos de los departamentos fueran usurpados por ocupas.

En agosto de 2014 se había votado la ley que luego, en noviembre aprobó su expropiación y restauración, pero aparentemente, el trámite administrativo quedó paralizado. En aquel momento, se estimaba que para 2016 El Molino ya habría sido puesto en valor y reabierto. La idea era convertirlo en un centro cultural con panadería y confitería.

El texto decía que "se resuelve declarar de utilidad pública, y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural, el inmueble de la Confitería del Molino".

El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, había manifestado que la recuperación de la Confitería del Molino era un sueño de todos los bloques. La iniciativa obtuvo dictamen en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General y Cultura y Presupuesto. Previo al debate, los diputados recibieron a los arquitectos Martín Marcos (Sociedad Central de Arquitectos), Guillermo García (Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos de la Cámara de Diputados) y José Carames (Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos del Senado).

A un año de esa resolución que realmente era una excelente noticia, todo está como era entonces y nada se hizo, pero, la enfermedad del edificio sigue avanzando y cuando finalmente, resuelvan curarlo y rescatarlo, tal vez sea demasiado tarde.

Hoy, no hay fechas estimativas y se multiplican las quejas de los vecinos y comerciantes de la zona, por el mal estado de la propiedad, de seis pisos.

El director del Museo de Arquitectura y Diseño de la Ciudad, profesor Martín Marcos, opinó que "hay que apuntalar urgente el exterior. Las aspas del molino y la marquesina están inestables. Los desprendimientos constantes son peligrosos para quienes transitan por el lugar". Lo mismo opina el arquitecto Carlos Blanco, de Basta de Demoler: "Uno tiene que pasar por abajo corriendo".

Según los expertos, el gobierno porteño debe controlar el estado de la fachada, a pesar de que el inmueble todavía es propiedad privada y está emplazado en la llamada Manzana Legislativa, que pertenece al Congreso. "Vamos a enviar una guardia de auxilio para apuntalar la zona y evitar accidentes", aseguraron desde la Agencia Gubernamental de Control.

El Director de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Diputados, Juan Falabella, dijo: "Conformamos una comisión que adoptará las medidas necesarias para que se transfiera el inmueble al Congreso". También indicó que está pendiente la tasación que realizará el Tribunal de Tasaciones de la Nación y según trascendidos, el precio que se podría llegar a pagar por todo el edificio rondaría los cinco millones de dólares.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 25/08/15 - (Cantidad de caracteres: 3924)