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www.conozcabuenosaires.com.arCostumbres importadas: HalloweenCada vez más imitamos costumbres que nada tienen que ver con las nuestras, pero si de festejar se trata y se puede pasar un rato agradable, todo es válido. Hemos tomado de los europeos la costumbre de ciertas comidas, altamente calóricas, para las fiestas navideñas, sin tener en cuenta que en Europa están en pleno invierno y aquí es verano, por lo que sería más sano comer algo más liviano y fresco. También imitamos de los Estados Unidos la fiesta de San Valentín o Día de los Enamorados y una de las fiestas que cada año tiene más adeptos es Halloween, que se celebra el 31 de octubre. Durante la semana pasada, fueron muchos los porteños que ingresaron a locales de alquiler de disfraces, a casas de cotillón para elegir máscaras y otros accesorios típicos, con la intención de celebrar Halloween de una manera divertida. Hubo muchos locales que adhirieron al festejo y pudieron verse calabazas convertidas en calaveras, telarañas en las ventanas, arañas y otros elementos decorativos, acordes a la ocasión. En un restaurante del barrio de San Telmo, al ingresar al baño, que estaba oscuro, quienes abrían la puerta y accionaban el sistema que encendía la luz, vieron aparecer ante sus ojos una pálida mujer que parecía una muerta, saliendo del espejo y gritando de manera terrorífica. Una especie de holograma que dio flor de susto a la mayoría, pero fue una manera original de sorprender a los clientes, que por suerte, no sufrían cardiopatías y superaron el susto. Halloween era celebrado hace más de 3000 años por los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con el Samhain, una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de Halloween al continente americano. Cuando se habla de Halloween o Día de las Brujas se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños; pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso. El 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos. Estas características se deben a su cercanía con el día de los difuntos, que originó la iglesia católica y que se conmemora el 1 de noviembre. Como en otros festivales de año nuevo, en esta fecha los muertos volvían a estar entre los vivos. Susana Espósito - Noticia publicada el: Lunes 02/11/15 - (Cantidad de caracteres: 2520) |
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