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El abandono y deterioro de Chacarita

El Cementerio de Chacarita fue creado en 1871, cuando se produjo en Buenos Aires una epidemia de fiebre amarilla que desvastó a nuestra población y esa situación generó la necesidad de habilitar otro cementerio alejado de la ciudad para sepultar la gran cantidad de personas que morían.

A diferencia del Cementerio de Recoleta (primer cementerio público en nuestra ciudad), Chacarita es muchísimo más grande, ocupa 95 hectáreas y además fue un cementerio más popular, ya que en Recoleta eran sepultadas las familias más adineradas de la época.

Lo cierto es que tanto en uno como en otro, podía observarse que los sepulcros y bóvedas relucían y siempre tenían flores frescas, debido a que era común, que una vez a la semana, la gente visitara a sus muertos. Ahora, los tiempos han cambiado y esa veneración hacia los fallecidos se fue esfumando, la gente no visita los cementerios, excepto como un atractivo turístico, sobre todo el de Recoleta.

En el de Chacarita, se observa un gran deterioro y abandono, que suscita quejas de los pocos que visitan el lugar. Las galerías de nichos (sobre todo las subterráneas) sufren un importante abandono y de los once ascensores que hay para acceder a ellas, solo funcionan tres. Hay gran cantidad de baldosas rotas, grietas, agua estancada, techos con goteras, humedad y suciedad acumulada.

Al deterioro por el paso del tiempo se suma la falta de luz, porque, aparentemente, se roban las lamparitas. Los 22 baños que hay en las galerías están casi todos en mal estado. Se los ve sucios y con mal olor.

Según fuentes del Gobierno porteño, se registra una importante morosidad en los pagos por los nichos de las galerías y explican que el aumento de las cremaciones, en detrimento de las inhumaciones, continúa.

También informaron que se están haciendo obras que incluyen una nueva plaza frente al peristilo, la remodelación de la peatonal principal y una nueva rotonda en las capillas que tendrá una fuente ornamental. Además, buscan reordenar el sistema de tránsito vehicular, sobre todo en las calles que rodean al panteón 6, en la Avenida de los Cipreses, y en el crematorio.

Otro tema preocupante, a pesar de existir seguridad durante la noche, es que sigue habiendo robos. Es muy difícil controlar un espacio tan grande, que según dicen algunos vecinos "es tierra de nadie".

Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 29/06/16 - (Cantidad de caracteres: 2349)