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Restaurantes para sentirse como en casa

La gastronomía es un rubro que está en permanente búsqueda de cambio, tanto en los platos, más sofisticados y en los que intervienen productos que no se conocían, como en la infraestructura que es bien disímil y abarca desde los restaurantes de lujo, hasta los sencillos tipo fonda, los carritos de la costanera que también resultan apetecibles para muchos y ahora, en los últimos tiempos aparecieron los food trucks. Pero también surgió una nueva opción, restaurantes a puertas cerradas, en casas y atendidos por sus dueños.

Todo tiene su parte buena y mala, aunque a quienes les agrada comer afuera, les ofrece propuestas diferentes que adaptarán no solo a sus gustos sino a sus presupuestos.

Por ejemplo, hay restaurantes lujosos que funcionan en locales de distintos barrios y otros, dentro de hoteles importantes, a los que puede asistir cualquier persona, aunque no se aloje en los mismos.

Hay zonas gastronómicas de moda, como Puerto Madero, Plaza Serrano y sus alrededores y otros. Las típicas fondas, que sirven platos menos elaborados, aunque sus minutas tienen toda la onda de la comida casera, parecida a la que se cocina en nuestros hogares y ahora, los food trucks, que son bien recibidos por muchos y criticados por otros, porque el mayor problema que presentan es la venta informal de alimentos y los riesgos que conlleva, tanto a nivel bromatológico como de competencia desleal para los restoranes y bares. En este marco, también los restaurantes a puertas cerradas preocupan a los empresarios gastronómicos porque esta innovadora propuesta representa una competencia importante para ellos.

Esta ha sido una propuesta muy atractiva para muchos. Se trata de algo innovador que iniciaron algunos chefs y emprendedores de abrir sus casas particulares y cocinar para pocos comensales, que llegan con reserva previa. Generalmente se promocionan por las redes sociales, y ofrecen variantes culinarias como cocina gourmet, platos tradicionales de distintas colectividades o un típico asado para extranjeros. En muchos casos, se trata de una clase de cocina, donde el chef les va mostrando a los comensales cómo prepara los platos que cenarán.

El problema es que al tratarse de una actividad totalmente informal, no cumple con ninguna regulación. En las cámaras de bares y restoranes advierten que estos emprendimientos no están bajo ningún control estatal, por ejemplo de manipulación de alimentos. Otro conflicto es que no pagan ningún tipo de impuestos y resulta difícil actuar legalmente contra ellos, porque no existe en el Código de Habilitaciones ninguna figura donde encuadrarlos, por lo tanto y aunque la Legislatura creara alguna norma, los organismos de control deberían enfrentar el problema que significa que sin una orden judicial es imposible allanar una vivienda particular.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 11/05/16 - (Cantidad de caracteres: 2834)