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La burocracia que retrasa las adopciones

Mucho se habla sobre la adopción de niños y el largo proceso que deben atravesar los adoptantes para poder brindar amor a un niño. Es por eso que en los últimos tiempos se conocen casos de personas que hartas de tanta espera deciden buscar la posibilidad de ser padres alquilando un vientre o adoptando en el exterior.

De acuerdo a un informe publicado en los últimos días, actualmente hay 800 adolescentes de 12 a 18 años, en instituciones de la ciudad, que esperan una familia. Son chicos que debieron ser separados de sus padres por maltratos, abusos o abandono; viven en hogares en los que estudian y acceden a servicios de salud y actividades recreativas pero no hay nada que pueda superar el amor de una familia.

También existe un número importante de menores en situación de calle, expuestos a los peligros que eso implica, abusos, maltrato, drogas, que en la mayoría de los casos los conduce a la delincuencia y sería importante brindarles la posibilidad de tener una vida mejor.

Existe un programa de acogimiento familiar, en el que algunas familias o personas solas se anotan para brindar protección y cuidados a estos niños, hasta que sean pasados al estado de adoptabilidad. Quienes participan del programa tienen como condición no estar anotados como adoptantes.

En el caso de los chicos separados de sus familias, por malos tratos, una vez que se los ubica en un hogar o con una familia de acogimiento, comienza la gestión administrativa y judicial para ver la posibilidad de que puedan volver a su núcleo familiar, pero con las garantías necesarias para que esto ocurra. Si no sucede se determina el estado de adoptabilidad del menor, que continuará institucionalizado hasta su adopción.

Una de las dificultades que se presenta es que la mayoría de las personas quieren adoptar bebes y no quieren niños grandes ni grupos de hermanos, a los que las instituciones intentan mantenerlos juntos, pero la situación económica también es complicada y se hace difícil para muchas familias que no pueden asumir el gasto que implica criar a cuatro o cinco chicos a los que deberán alimentar, brindar asistencia médica, educación, vestimenta, etc.

Lo cierto es que hay casos, como por ejemplo el periodista, Marcelo Polino, que hace casi cuatro años está en lista de espera para poder adoptar y justamente, no quiere un bebe, quiere un niño de cuatro o cinco años. Aquí el problema de los que solo quieren niños de pocos meses estaría solucionado, sin embargo, como el mismo periodista explicó, también hay otras trabas: primero se tiene en cuenta a matrimonios o parejas, luego mujeres solas y finalmente hombres solos. Mientras tanto, la burocracia dilata un trámite que debería ser más rápido para que esos chicos tengan un hogar y los padres adoptantes logren tener un niño a quien brindar su amor y protección.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Lunes 13/06/17 - (Cantidad de caracteres: 2856)