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El Jardín Japonés cumple 50 años

Ubicado en el barrio de Palermo, fue mandado a construir por la Asociación Japonesa Argentina, con motivo de la visita de los entonces príncipes y hoy emperadores de Japón Akihito y Michiko y se inauguró en 1967. Ahora cumplirá 50 años y se están preparando distintos festejos.

Es el más grande de su tipo, fuera de Japón y recibe 600.000 visitantes al año, que disfrutan de recorrerlo, observar los detalles de la cultura oriental, alimentar a los más de 500 peces koi que habitan sus lagos y mucho más, porque también allí se dictan cursos y talleres, se realizan distintos eventos como la Ceremonia del Té y el Festival del Fuego, entre otros, se ofrecen muestras de Bosai y la gastronomía es también otro atractivo que invita al visitante a degustar algunas delicias de la cultura nipona, por ejemplo sushi.

El presidente del Jardín Japonés es Kazunori Kosaka, un empresario que llegó al jardín en 2001, después de haber ocupado otros cargos en la colectividad. Luego de haber recorrido varios jardines japoneses en distintos países, porque quería conocer más detalles, comprender mejor todo lo concerniente a este tipo de espacios y para ello se contactó con la asociación de consultores de jardines japoneses en Estados Unidos.

Entre 2005 y 2006 se hicieron trabajos de recuperación y limpieza del Jardín Japonés porteño y actualmente, trabajan allí unas 100 personas, de las cuales 15 están abocadas a la jardinería y mantenimiento del predio.

Nuestro Jardín Japonés fue adaptado al gusto porteño sin perder la identidad japonesa. Responder al interés local tiene una razón: el Jardín Japonés no recibe fondos de ninguna administración estatal; depende exclusivamente de los ingresos que generaran a partir de lo recaudado por la venta de entradas, de las artesanías, los cursos y talleres que se dictan y el restaurante.

Existen dos tipos de Jardines Japoneses: recreativos y religiosos.

Es común que en la puerta de ingreso haya un árbol llamado Acer Palmatum, tiene hojas con forma de manos abiertas que parecen dar la bienvenida al visitante. El pórtico de ingreso se denomina UDEKI MON.

Aparte de las rocas, un jardín típico japonés puede contener, de forma real o simbólica, los siguientes elementos: Agua, una isla de verdad, un puente a la isla, una linterna, típicamente de piedra, una casa de Té ó pabellón y elementos vegetales como bambús y plantas relacionadas, plantas de hoja perenne, como el Pino negro japonés, y árboles de hoja caduca tales como arces que dejan desarrollarse debajo una alfombra de helechos y musgos.

Los japoneses no barnizan ni pintan, ni clavan las maderas, las encastran.

Por supuesto que se respeta a rajatablas la simbología y mitología de esta cultura, como por ejemplo la presencia de los peces koi, que nadan contra la corriente para depositar sus huevos y por ello son símbolo de fortaleza, lo que se ve reflejado en los deseos que siempre piden para los niños, "que sean fuertes como el koi".

La caña de bambú representa la rectitud del alma, mientras que los leones, siempre en pareja con uno de los dos con la boca abierta, son protectores y guardianes de los hogares, por eso se los coloca en los arcos. Hay además una torre budista de 13 aleros, uno por cada etapa que el ser humano debe atravesar para alcanzar la vida eterna.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 09/03/17 - (Cantidad de caracteres: 3313)