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La desidia de los Zoos argentinos

A pesar de las organizaciones protectoras de animales, en todo el mundo siguen existiendo zoológicos, que funcionan de maravillas, pero no todos brindan la calidad de vida que merecen las especies que los habitan y eso ocurre en Argentina.

El lunes 4 de junio, en el zoológico de La Plata, murió Pelusa, una elefanta que padecía una enfermedad en sus patas traseras desde 2014, que era irreversible, por lo cual debió ser sedada para evitar que sufriera y horas después, falleció.

Este hecho generó nuevamente preocupación por los animales que aún viven en el ex Zoo porteño, devenido en un Ecoparque que aún no encuentra su rumbo.

Hace años, se generó un problema con la orangutana Sandra, declarada persona "no humana", se cuestionaba la exhibición de la mona, considerando que se violaban sus derechos a la intimidad, se solicitó un recurso de amparo y finalmente se determinó que sería trasladada a un santuario, pero eso nunca ocurrió. También pasa algo similar con la elefanta Mara, que sigue esperando su traslado al Mato Grosso, como se había anunciado en mayo de 2017.

Lo cierto es que el cierre del Zoológico, basándose en la crueldad de tener a los animales en cautiverio y como una solución que les permitiría volver a un hábitat natural, quedó en la nada y lejos de mejorarles la vida, simplemente perduran en condiciones menos dignas.

El zoológico de Mendoza, que estaba fantásticamente diseñado, en un entorno natural y con espacio suficiente para que cada especie viviera en condiciones favorables, también ha cerrado hace tiempo. Algo similar ocurre con el de Córdoba, que en los últimos años piden que se cierre.

Los zoológicos, bien diseñados y contando con el personal que brinde la atención veterinaria e integral a los animales, cumplen una función educativa y permiten a los visitantes estar en contacto con especies que son difíciles de encontrar, excepto en la selva y aprender sobre ellos e incluso concientizando sobre el peligro de extinción generado, muchas veces, por los cazadores furtivos. Muchos zoológicos han logrado conservar especies gracias al nacimiento en cautiverio que lo hizo posible.

Guillermo Wiemeyer, gerente operativo de Bienestar Animal del Ecoparque explica que antes del traslado, los animales deben ser evaluados y de acuerdo a su condición médica se determina si están o no en condiciones de ser llevados a otro lugar, ya que en algunos casos, es peligroso viajar.

Pero la pregunta que surge a esa explicación es: por qué no hicieron las evaluaciones antes de cerrar el Zoológico? Lamentablemente las decisiones apresuradas no suelen ser buenas y esta ha sido una de ellas, ya que ahora no es zoo ni ecoparque, ahí están ambos, inconclusos, con animales que siguen viviendo en el lugar y un parque ecológico que está lejos de concretarse.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 14/06/18 - (Cantidad de caracteres: 2816)