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Buenos Aires y Venecia, las dos caras de la moneda

Hace pocos días, varios medios publicaron el proyecto del Gobierno italiano, de cobrar un ticket a los turistas que visiten Venecia. Sería diferenciado: cinco euros para quienes solo la visiten y no se queden a dormir y diez euros para quienes sí se queden a dormir.

El proyecto ya tiene sanción del Senado y se trataría el próximo fin de semana, para ser aprobado. Sería similar a la tasa de desembarco que ya cobran algunas islas de ese país, como Capri y Elba.

Apuran la medida antes de que lleguen los carnavales, los más famosos del mundo, momento en que la ciudad de los canales es invadida por miles de turistas (con topes entre 20 y 60 mil). Se estima que Venecia es visitada cada año por más de diez millones de personas.

La realidad es que claramente, los porteños podemos ver las dos caras de la moneda, una es la de Italia, que intenta preservar su Patrimonio, como corresponde y poner ciertos límites a los turistas y otra es la de Buenos Aires, donde el turista tiene la posibilidad de acceder a visitas guiadas, museos, iglesias, eventos especiales, bicicletas y otros tantos entretenimientos, en forma gratuita.

Es fundamental poner ciertos límites e incluso, en nuestra ciudad, no fomentar una competencia que es totalmente desleal, para los guías que trabajan y hacen sus aportes, viéndose perjudicados por la gratuidad de este tipo de servicio, que coarta su normal desempeño. Debemos recordar que a esto se suma la situación de los inmigrantes que llegan a radicarse en nuestro país y otros simplemente como un tour de cirugías, tanto estética como generales, en forma gratuita y luego regresan a su país de orígen. Muchas veces faltan camas o vacantes en colegios y universidades, que son ocupadas por extranjeros.

En un año por comenzar y en el que habrá elecciones, es momento de reflexionar acerca de otras ventajas que se brinda a los extranjeros en nuestro país, recibiendo los mismos servicios que los argentinos: salud, educación y otros tantos, en forma gratuita, que se sustentan con los impuestos de quienes trabajamos y hacemos nuestros aportes.

Bienvenidos sean "todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino", pero estableciendo reglas claras, una ley de reciprocidad que no existe, ya que si visitamos otros países, es común que en algunos de los mismos se otorgue el permiso de ingreso, solo como turistas, por cierta cantidad de días y con la firme aclaración acerca de que "no es un permiso para trabajar ni de residencia".

Es hora de plantearse estos temas que nos preocupan a los argentinos y que nuestros gobiernos pongan límites o exijan lo que damos.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 01/01/19 - (Cantidad de caracteres: 2669)