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    El bidet, usos y costumbres

    Algunos artefactos que son de uso común y existen en la mayoría de los hogares argentinos, son desestimados en Estados Unidos y países europeos, uno de ellos: el bidet; algo que extrañamos cuando viajamos al exterior, como para nosotros es una costumbre higiénica a la que otros le restan importancia.

    Es así, que en uno de los viajes, he llegado a pensar que este artefacto seguramente era un invento argentino, ya que somos los que más lo utilizamos y sin embargo, investigando sobre el tema, existen varias versiones que coinciden en decir que la primera referencia del bidé (o bidet) popular es en Francia, en 1710, en un momento de gran libertinaje en el que el baño era semanal. El bidé proporcionaba una higiene de las zonas bajas sin necesidad de desvestirse. Como todavía no se había inventado el papel higiénico, se popularizó rápidamente. En 1750 aparece el bidet à seringue, a chorro con perilla. Y hasta 1900 el bidé estuvo confinado al dormitorio, colocado sobre caballetes, junto con la tina de agua.

    Bidet significa en francés poni, en referencia a la postura que se adopta para sentarse. En francés antiguo, bider significaba "trotar". Aunque en algunos sitios se afirma que fue una invención de un barón llamado Bidet en el siglo XVIII en París, lo cierto es que fue obra de los artesanos galos del XVII, que lo idearon como un contenedor de agua destinado a los jinetes, para calmar las "partes nobles" doloridas por la silla de montar.

    Otras fuentes apuntan a que se diseñó como utensilio de higiene íntima para las relaciones pre y postcoitales, y también como método anticonceptivo.

    A partir de entonces, ocupa su lugar en los baños de las casas pero es curioso que a pesar de ser EE.UU. el mayor productor mundial, el bidet no tiene aceptación en ese país.


    Susana Espósito - Noticia publicada el: Domingo 01/09/19 - (Cantidad de caracteres: 1808)




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