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La jirafa pintada por Alfredo Segatori

Alfredo Segatori ha sido el pionero en el arte del graffitti. Comenzó en la década de los 80 y continuó con sus obras en distintos barrios de la ciudad, llenando de colorido y belleza varias paredes de Buenos Aires. Ahora, quienes viven en el barrio porteño de Montecastro, disfrutan de una nueva vecina, una jirafa de 40 metros de altura, que está siendo creada por el artista.

Segatori figura en el Guinness del 2015, por haber sido el autor del mural más grande del mundo en la categoría "hecho por un pintor". La distinción fue por " El regreso de Quinquela", un homenaje de 2.000 m2 al pintor de La Boca.

Miranda (nombre de la jirafa) está ubicada justamente en la calle Miranda 4725. De ahí, Mirando Miranda, el título. Un juego de palabras que le suma gracia.

El artista vive muy cerca del lugar donde está realizando su obra y se muestra muy entusiasmado por el trabajo que le pidieron.

“Es mi primer mural en Monte Castro y uno de los laterales de edifico más grandes que hice hasta ahora”, comentó Alfredo.

¿Por qué una jirafa? “El tema del mural fue consensuado con la constructora que me convocó. Pero venía trabajando en una serie de animales en el Puerto de la Ciudad y, entre idas y vueltas de ideas y de bocetos, apareció el personaje, asomándose por una ventana hacia el barrio y jugando con la altura del edificio”, explica Segatori.

En cierta forma es un homenaje a Shaki, una jirafa que murió el año pasado en el ex Zoo porteño y ahora, también cuenta que quiere hacerle un homenaje a Pelusa, la elefanta que murió en el Zoológico de La Plata, el año pasado, con el objetivo de concientizar sobre los derechos de los animales y la necesidad de que los zoológicos estilo siglo XIX no existan más.

La jirafa está realizada con látex de exteriores y aerosoles, pero además, la está trabajando con una técnica original, también en línea con la ecología: arte+reciclaje, trash art (arte con basura) o arte cartonero. Por ejemplo, en Tecno Rasta y Chino Milenario (7 metros por 20), realizado en 2018 en el frente de un bar en Palermo, usó “bolsones de cartoneros, provistos por la cooperativa de recicladores urbanos El Ceibo, para el pelo del Rasta. Y la pelopincho pinchada de mi casa para el vestuario del ‘Chino Milenario’, entre otros elementos”.

Siempre espero que los murales le alegren un poco el día a día de la gente y, tal vez, la dejen pensando, finalizó Segatori.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 29/01/19 - (Cantidad de caracteres: 2424)