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Decisiones tardías prometen graves consecuencias

Ante el aumento de contagios y muertes de los últimos días y la nueva cepa de Covid, detectada en varios países, entre ellos, nuestro vecino Brasil, el Gobierno se prepara para prohibir el ingreso de extranjeros al país. La resolución saldría publicada en las próximas horas y se estima que la medida se aplicaría después de las fiestas, pero... ¿no será demasiado tarde?

En las últimas semanas se ha difundido en todos los medios de comunicación, la noticia del rebrote de Covid-19 que están padeciendo países europeos, superando, en algunos casos, la cantidad de contagiados y muertes que hubo al inicio de la pandemia. Asimismo, la detección de una nueva cepa, aparentemente más contagiosa y menos letal, pero cuando debería servirnos la experiencia ajena, aquí las decisiones que se toman son desacertadas o tardías.

Es importante destacar que la extensa cuarentena que debimos hacer los argentinos, ahora, transcurrido casi un año, verificamos que no nos dio mejores resultados que los de otros países, donde no fue tan estricto el confinamiento. Ahora, después del hartazgo de la gente por el encierro, el desastre económico que deja la pandemia, la paralización de la educación, el desgaste de médicos, enfermeros y todo el personal de salud, en general, se produjo más que una relajación, un verdadero desbande que promete severas consecuencias.

En principio, la gente salió a manifestar, en contra del gobierno, pidiendo el cese de la cuarentena, flexibilización, el retorno al trabajo y otras cuestiones, pero lo hacían manteniendo la distancia social y usando barbijos. Luego hubo distintas convocatorias a marchas a favor y en contra del gobierno; también los grupos de pañuelos verdes y celestes (a favor y en contra del aborto) salieron a la calle a pedir que el tema sea tratado con urgencia en el Congreso, en un momento en que resulta totalmente desubicado el debate, en medio de esta crisis.

No podemos dejar de mencionar lo ocurrido en el velatorio de Diego Maradona, caótico, con multitudes, sin distanciamiento social, sin barbijos y con un grupo que ingresó por la fuerza a la Casa Rosada y hasta se refrescaban en la fuente; según comentarios querían llevarse el cuerpo del futbolista.

A partir de ahí, hubo acampe en la 9 de Julio, pidiendo más planes sociales y la apertura de los comedores comunitarios, tomas de tierras, volvieron los manteros y las calles se convirtieron en un caos de personas marchando pegadas unas a otras para hacer las compras de fin de año; los hinchas de los clubes celebrando en las calles de la ciudad, fiestas clandestinas y tantas situaciones más que sabemos traerán más contagios, un posible colapso sanitario y más muertes.

Ahora, ¿por qué viendo todas estas situaciones se permitió retomar los vuelos, que ya han traído extranjeros que seguramente trajeron el virus con ellos y lo esparcirán en nuestro país? ¿Por qué la vuelta atrás y la prohibición del ingreso a extranjeros será recién después de las fiestas? ¿Será que el virus se toma un descanso para Navidad y Año Nuevo y deja de contagiar hasta transcurridos los festejos?

Ya pasaron casi dos meses desde que el gobierno habilitó el ingreso a la Argentina de turistas provenientes de Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Uruguay, países donde han cerrado sus fronteras y los argentinos no podrán ingresar, pero nosotros, siempre tardíos en la toma de decisiones, deberemos rogar para que esto no genere un rebrote más fuerte y sea peor que en el inicio de la pandemia.

Según las fuentes oficiales, el principal foco del Gobierno está puesto en aquellos países que confirmaron la presencia de la nueva cepa del coronavirus, que azotó a Gran Bretaña y que se reveló como más contagiosa. Ubican en esa lista (siempre provisoria) a Italia, Dinamarca, Holanda y Australia. "Lo que se hizo con Inglaterra se podría ampliar a otros países", dijo un portavoz oficial, haciendo referencia a la prohibición de vuelos provenientes de ese país.

Los funcionarios siguen con atención las medidas sanitarias de los países vecinos. En las últimas horas sobrevoló la idea de suspender el intercambio turístico con Brasil, que atraviesa un fuerte rebrote de casos de coronavirus. Uruguay, en tanto, se puso al frente de las medidas más restrictivas, ante el temor que provocó un repunte de la curva de contagios. A través de una ley especial, resolvió el cierre total de sus fronteras durante tres semanas.

En el oficialismo no hay una postura uniforme sobre la actitud a tomar frente a la aparición de la nueva cepa y frente al ascenso de casos que se registró en los últimos días en la Argentina. Axel Kicillof, que está de frente a la temporada de verano en la costa atlántica, es partidario de un cierre más enérgico. "Habría que extender lo que se hizo con Gran Bretaña a toda Europa".

Mientras tanto, el dubitativo gobierno, sigue estudiando y analizando una medida en la pérdida de tiempo propicia el caos, en un país en el que la gente es irresponsable y aún no tenemos vacuna para prevenir el contagio, precisamente por la lentitud y las malas decisiones tomadas.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Miércoles 23/12/20 - (Cantidad de caracteres: 5109)