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El día del niño

El domingo 16 de agosto será el Día del Niño. Si bien se celebra desde 1960 y se había establecido que era el primer domingo de agosto, en 2003, por pedido la Cámara del Juguete y debido a cuestiones comerciales, se trasladó al segundo y hubo un nuevo cambio en 2013, estableciéndose el festejo para el tercer domingo de agosto.

Lo cierto es que este es un año atípico, debido al encierro impuesto por la pandemia y es muy difícil entretener a los niños. No pueden asistir al colegio, encontrarse con amigos, no hubo teatros, cines ni circos en las siempre esperadas vacaciones de invierno, que esta vez quedaron rehenes de la extensa cuarentena y solo tienen permiso para salir una hora por día, a caminar, tomar un poco de aire y sol, acompañados por un adulto.

En los hogares, el encierro agota la creatividad para entretenerlos y generalmente, la tecnología parece ser el común denominador al que recurren aquellos que tienen la posibilidad de contar con ciertos dispositivos y somos los adultos quienes tenemos la obligación de ofrecerles otras posibilidades que despierten su creatividad, explicándoles que vale la pena descubrir otras opciones, fuera de las consolas de juegos, la tele y las tablet, por ejemplo: el libro.

Abrir la tapa de un libro es como abrir una puerta, aceptando su invitación e ingresar en él para descubrir sus secretos, en un recorrido que harán nuestros ojos por cada renglón, revelando una historia de la que formaremos parte, porque él nos contará, pero nosotros imaginaremos en cada palabra cómo son sus protagonistas, su fisonomía, el sonido de su voz, el entorno en el que están e incluso los aromas, los colores, ese mundo de sensaciones que se abre generosamente y nos permite, en cierta forma, ser coautores de esa historia y vivir sus emociones que serán diferentes para cada lector.

Ese ingreso en el libro que nos invita será una experiencia vivida y si logra convencernos con su historia, seguramente nos despierte el deseo de volver a abrir otra puerta, para formar parte de otras historias y vivir un apasionante viaje por el mundo de las letras, que nos ofrecen vivencias maravillosas, verdaderos tesoros escondidos en sus hojas.

Hay fabulosos libros con historias para diferentes edades y está en nosotros despertar en los niños el interés y la curiosidad de ingresar a ese mundo, donde también se sientan protagonistas de una aventura que les resulte inolvidable. Un libro es un excelente compañero que los sacará del aburrimiento y les aportará conocimientos y enriquecedoras experiencias.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Jueves 13/08/20 - (Cantidad de caracteres: 2552)