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Recordando a Domingo Faustino Sarmiento

El lunes 15 de febrero se conmemora la fecha de nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento, quien cumpliría 210 años. Había nacido en esa fecha, en el año 1811, en la provincia de San Juan.

Como ocurre con la mayoría de las personalidades de nuestra Historia, fue amado y odiado, pero indudablemente ha sido un hombre ilustre que se destacó como político, escritor, docente, periodista, militar y estadista argentino; gobernador de la provincia de San Juan entre 1862 y 1864, presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874, senador nacional por su provincia entre 1874 y 1879 y ministro del Interior en 1879.

A todo eso podemos sumar que también fue muy seductor, tuvo varios amores y además un hombre de avanzada, que sería valorado en el presente, ya que hay una tendencia a inducir a la población a una vida más sana, complementando la buena alimentación, con más frutas y verduras y la actividad física. Eso no significa que su comida preferida fuese el puchero, adoraba el helado y ni hablar de las empanadas sanjuaninas.

Podríamos decir que ha sido el precursor del vegetarianismo, ya que en sus tiempos, la alimentación era poco variada, generalmente comidas de olla, guisos, que eran lo más consumido, por ser económico y rendidor. Los asados solían acompañarse con zapallo, pero era impensada una guarnición de verduras y eso fue lo que sugirió Sarmiento, que debía incorporarse en la dieta diaria, lo que le valió el apodo de "come pasto".

En cuanto al tema de complementar la comida sana y la actividad física, Sarmiento decía que la ciudad de Buenos Aires era de señoras gordas. Parece que en aquellos tiempos era común almorzar y cenar varios platos y esas mujeres a las que también tildaba de holgazanas, tal vez estaban excedidas de peso por esa razón: comer mucho y moverse poco. Por lo tanto, si bien hoy día se apreciaría la inclusión de las ensaladas que proponía el gran maestro, tal vez tendría problemas con el INADI, que considerarían discriminativo hablar así de aquellas mujeres.

Cabe recordar que fue él quien trajo la primera varilla de mimbre que se plantó en las islas del Tigre (el 8 de septiembre de 1855), donde se conserva su casa, hoy museo y biblioteca, situada sobre el Río Sarmiento, recordando al gran maestro. Realmente un visionario que consideraba que "la tierra de las islas y el mimbre son el cuerpo y el alma: el uno completa a las otras. El mimbre crece en la humedad y a la orilla de las aguas y es la red de que el agricultor se sirve para el mismo fin del junco. Pero el mimbre es una producción valiosa, que da ciento por uno y satisface mil necesidades de la industria. Esas fábricas de canastillas que suministran fortunas a los inteligentes cesteros de Buenos Aires, se entretejerán en delante de nuestro mimbre y los industriales vendrán a comprarnos por toneladas dentro de pocos años, el que hoy nos envían los agricultores de Francia y Alemania".

Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia, pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó por la extensión de las líneas férreas. Pensaba que el tren debía ser el principal impulsor del mercado interno y durante su presidencia la red de ferrocarriles se convirtió en la más extensa, superando a la suma de la de toda América. Lamentablemente, la mala gestión de gobiernos más cercanos en el tiempo los han desmantelado e incluso ese accionar convirtió en pueblos fantasmas a muchas localidades de nuestro país.

Finalmente, algo fundamental, en lo que hizo hincapié, fue la educación, tan devaluada por la mayoría de los gobiernos de las últimas décadas, generando una ignorancia que frena el progreso y genera pobreza. Sarmiento luchó para hacer que la educación primaria fuese obligatoria y además fundó gran cantidad de escuelas.

Pasó los últimos años de su vida en Paraguay, donde decidió vivir por ser un clima más benévolo para sus dolencias: sobrepeso, sufría de los bronquios, insuficiencia cardíaca y una sordera casi total. Una anécdota cuenta que debido a esa sordera, antes de asumir como senador por San Juan en 1875, los parlamentarios estaban preocupados pensando cómo iban a hacer para comunicarse con Sarmiento y él les respondió: “No se preocupen porque no vengo a escucharlos, sino a que me escuchen a mí”. Ése era Sarmiento, quien falleció el 11 de septiembre de 1888 y sus restos descansan en el Cementerio de Recoleta.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Lunes 15/02/21 - (Cantidad de caracteres: 4482)