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www.conozcabuenosaires.com.arLa nueva vida de la elefanta Mara en BrasilComo es de público conocimiento, varios animales que habitaban el ex Zoológico porteño fueron trasladados a santuarios en distintos países, con el propósito de otorgarles una vida con mayor libertad y en espacios más acordes. Mara es una elefanta asiática que en mayo de 2020 fue llevada al Global Sanctuary for Elephants (Santuario Global para Elefantes) en Brasil, donde se adaptó perfectamente e hizo amigas de su especie, como no pudo hacerlo en el Zoo de Buenos Aires, en el que convivía con otras dos elefantas africanas, pero nunca se llevaron bien y por eso las tenían separadas. En su nuevo hogar, Mara disfruta de darse baños de tierra roja, hacer largas caminatas y alimentarse muy bien, aunque según cuentan los cuidadores del santuario, conserva algunas mañas de su vida pasada. Su alimentación se basa en cuatro y cinco variedades de frutas y verduras en una misma comida, pero parece que Mara, ha sabido dejar en claro cuáles son sus preferidas y cuáles no le agradan, porque en este caso, las aparta y no las come. También come arroz y distintas hierbas. La derivación de cualquier animal en cautiverio es compleja. Pero aún más compleja es la derivación de un elefante, con gestiones diplomáticas, sanitarias y logísticas específicas. Sin embargo, a pesar de todo eso y pandemia mediante, se ha logrado y Mara vive feliz. Su nuevo hogar cuenta con bosques, arroyos, estanques e inmensas porciones de pasto, no está abierto al público ni busca un lucro económico. Es un sitio para dar resguardo a elefantes rescatados de circos y zoológicos. La elefanta había vivido más de 50 años en cautiverio, primero en un circo y los últimos 25 años, encerrada en el ex Zoo. Había nacido en cautiverio hace aproximadamente 55 años. India fue su país de origen pero pronto fue vendida a un zoológico en Hamburgo, Alemania. En mayo de 1970, fue comprada por un hombre de circo, Ramón Tejedor, quien la llevó a Montevideo para exhibirla en el Circo África. Un año después, Tejedor la trajo a la Argentina, donde fue incorporada al Circo Sudamericano y cuando el hombre decidió vender ese circo, Mara fue comprada por el dueño del Rodas, en marzo de 1980 y allí permaneció durante 15 años hasta ser decomisada por la Justicia que la trasladó al Jardín Zoológico de Palermo. Mara jamás se adaptó. En el recinto ya estaban Kuki y Pupi, dos elefantas africanas: los elefantes asiáticos, como Mara, no se entienden con los africanos, como Kuki y Pupi. Si bien se desalienta su convivencia en un mismo espacio, Mara tuvo que estar allí, aunque separada de las otras elefantas, porque hubo varios episodios de pelea y luego de uno en el que Pupi terminó lastimada, decidieron que no podían dejarlas juntas. En aquel primer día también dio una noticia: pisó el pasto tras 25 años sin hacerlo. Y lo siguiente, que logró en apenas una semana, fue aún más emocionante: pudo relacionarse por primera vez con su especie. Ahora, en su nueva vida en Brasil, Mara se hizo amiga de Rana, una elefanta que ya estaba en el santuario y con quien parece haber congeniado muy bien, por eso, desde hace rato no hay rejas que las distancien. En el mismo santuario también viven otras tres elefantas asiáticas, Lady, Maia y Bambi, que conforman la población del refugio. Susana Espósito - Noticia publicada el: Viernes 14/05/21 - (Cantidad de caracteres: 3285) |
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