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Remake argentina de una película macabra

Hace más de un año, a poco tiempo de comenzar la pandemia, veíamos por televisión imágenes que causaban escalofríos. Cementerios donde se cavaban cientos de fosas para sepultar a los muertos por Covid-19 y ahora, la historia se repite y es en nuestro país, como la remake de una película macabra.

En el cementerio de la Chacarita se comenzó a cavar fosas para una eventual demanda de espacio, ante un posible rebrote de Covid-19. Se están liberando sepulturas para generar espacios en una sección donde se entierra a las víctimas de este virus.

Cuando los números de contagiados y fallecidos parecía que estaba descendiendo, la esperanza nos duró poco porque ahora, la aparición de una nueva cepa conocida como Delta, nos pone en situación de alerta. De hecho, el gobierno limitó desde el lunes la llegada de pasajeros por vía aérea, para evitar la posible propagación de contagios. Asimismo, se informó que la estructura sanitaria está preparada para hacer frente a una eventual nueva ola.

Hospitales, hoteles de aislamiento, centros de testeos y ahora también los cementerios públicos están preparados y funcionando con los protocolos indicados, entre los que se tiene en cuenta el manejo de los cuerpos, las ceremonias y funerales con limitación de asistentes a los mismos, para evitar los posibles riesgos de contagio.

Chacarita es el cementerio más grande de la ciudad, cuenta con 97 hectáreas y ya comenzaron a realizar trabajos de apertura de tumbas que se encuentran en la zona 2 para liberar al menos 400 espacios. Se trata de casos que ya cumplieron los plazos legales establecidos por ley de, al menos, siete años en no ser reclamados los cuerpos y por eso se liberan esos sepulcros para ser reutilizados.

Aunque la zona 2 no corresponde a un sector designado para enterrar los restos de personas fallecidas por Covid-19 (los fallecidos por esta enfermedad se depositan en las zonas 10 y 14) y el procedimiento es habitual para ganar espacios, fuentes oficiales confirmaron que las tareas se aceleraron por temor a una demanda inesperada en un posible rebrote. La variante delta, que ya circula por el país, y la mutación Delta Plus, que apareció en la India, generan inquietud en las autoridades sanitarias argentinas.

Fuentes del gobierno porteño han dicho que aunque los cementerios aún no están colapsados, es necesario estar preparados ante la posibilidad de un rebrote. Tal vez esto sea así porque en la actualidad, el 60% de los cuerpos son cremados y las cenizas son retiradas por los familiares de los fallecidos o, si quedan en el cementerio, las urnas ocupan menos espacio.

Países como Brasil, India y Estados Unidos, entre otros, han tenido sus cementerios colapsados y debieron abrir fosas comunes, como se difundió, el año pasado, en los medios de comunicación masivos, pero parece que nuestro país no tuvo en cuenta la ventaja que teníamos al ver lo que podía llegar a ocurrirnos y así tomar las medidas necesarias para evitarlo. Se minimizó la situación, el mismo Ministro de Salud (hoy ex ministro), Ginés González García, había dicho que aquí no llegaría la pandemia, que estábamos lejos y que era una gripecita, restándole importancia. Eso es lo que hoy hace que estemos entre los países con mayor porcentaje de contagiados y fallecidos. La experiencia ajena no nos sirvió.

En la ciudad de Buenos Aires hay tres cementerios: Chacarita, el más grande y requerido de la ciudad; el Cementerio de Flores que casi no tiene espacios disponibles y el de Recoleta que es el más pequeño y además tiene bóvedas o nichos privados.

Chacarita es el único que cuenta con hornos de cremación (18 en total) donde 20 operarios están a cargo y pueden estar en funcionamiento 18 horas por día. Cuenta con 15 secciones y en cada una hay aproximadamente 1.500 sepulcros (22.500 en total). Hay 4 secciones destinadas a 10.500 bóvedas con capacidad para entre 18 y 20 ataúdes y espacios para urnas de cenizas y además, hay grandes panteones que alojan 2.500 nichos y 800 urnas.

La morgue del cementerio también se cuenta en la infraestructura ante un eventual colapso. Preparada para catástrofes, tiene una capacidad para 400 fallecidos. Actualmente está casi vacía, con algunos cuerpos alojados allí por cuestiones judiciales a la espera de su destino final.

Susana Espósito - Noticia publicada el: Martes 29/06/21 - (Cantidad de caracteres: 4298)